Me encontraba sola justo frente a la entrada de un gran pórtico de piedra. El sol dejaba caer sus pesados rayos sobre mi blanquecina piel, la tostaba lentamente. Eran las doce del medio día, justo cuando el sol apretaba con más fuerza. Llevaba horas caminando y mi garganta suplicaba ya unas gotas de fresco jugo. No había nada a mí alrededor tan solo maleza.
Tras dar unos pocos pasos vi una pequeña muesca en la pared. La mire extrañada, medite unos segundos y ¡claro ¡Esa era la llave! Por fin comprendía las palabras de aquel nigromante. Decidida como nunca cogí el colgante que llevaba enganchado al cuello, lo introduje lentamente. Encajaba a la perfección era la unión de dos mitades perfectas, giré con cuidado hacía la izquierda 180º y el colgante desapareció en mi mano, una delgada línea de luz empezó a formar la silueta de una puerta... se estaba abriendo poco a poco.
Siempre he supuesto que la magia viene acompañada de luces y raros artificios, pero ahora simplemente podía escuchar un omnioso silencio mientras seguía abriéndose aquel portal. Cuando ya podía introducir un dedo en el interior de la creciente abertura, la puerta empezó a abrirse más lentamente, hasta que dejó una fisura por la que cabía a duras penas... ante mi se dibujaba la posibilidad de vivir una aventura más allá de aquel lugar.
Sentía gran curiosidad por ver si aquel mundo era semejante a lo relatado en las fábulas que mi abuelo solía relatarme de pequeña. Me inmiscuí lentamente. Cruce aquella misteriosa puerta y todo cuanto allí había quedó grabado en mi retina. Algo llamó mi atención, una joven yacía sentada junto a un árbol.
Me acerqué lentamente, me agaché, sonreí y de mi boca fluyeron unas pocas palabras. La joven levantó la cabeza, me miró asombrada. Pero no pude mantener la mirada. Mis ojos eran atraídos por el árbol, había algo que me llamaba la atención. Al fijarme con mayor atención descubrí que la corteza tenía un color gris ceniciento, un marrón muy apagado. Las hojas no brillaban, estaban pálidas. No se escuchaban pájaros, ni ningún otro animal. Al bajar la mirada de nuevo, pude ver a la muchacha mirándome con una mezcla de miedo y sorpresa. Intentó imitar mis palabras, pero no era capaz de emitir ningún sonido... me cogió de la mano y me llevó a...
CONTINUARÁ PRÓXIMANTE...
By: Izaskun & Mario :)
(Ya tenia ganas de colaborar con alguien...)
Escrito por Träne (trane1985@gmail.com) a las 31 de Diciembre 2005 a las 02:41 AM