24 de Febrero 2006

Entrebastidores

Te fijas en cierta persona que está parada frente al bar, bebes a ratos tu botellin y hablas con tus amigos, pero no quitas un ojo de ese individuo que lleva un rato mirando más allá del cristal. En un momento de despiste (no vigilancia, pero si cierta atención) aparece a tu lado y le comenta algo al camarero, que tambien había percibido su presencia y que parecía esperar a que entrase, asiente con cierto aire conspirador trás la barra y se mete en la cocina. La persona que había pasado 15 minutos en la puerta pasando frio desaparece.

Ahora tu atención se fija en otra persona, una chica de unos 20 años, morena, guapa y exhuberante, de porte esbelto. Habla animadamente con un chico de su edad y le acaricia tanto la mano como la mejilla. Un rato más tarde, repite los mismos gestos con otro chico diferente y que tambien sonrie embobado. Ella parece algo incomoda y mira de reojo al camarero que parece esperar que un individuo que está pasando frio entre a decirle algo.

Dos chicas entran en el bar justo antes de que el camarero reciba su tan aparentemente esperado mensaje, apenas se da cuenta de que ellas piden algo. Tienen que repetirselo a otro camarero que mira extrañado a su compañero. Les trae un aperitivo junto a las dos cervezas claras que han decidido tomar, no lo tocan. Algunas palabras sueltas (pues están cerca de nosotros) me hacen pensar que tambien comentan extrañadas que el chico con el que la morena hace carantoñas no es el mismo que con el que la habían visto un par de horas antes paseando por la zona.

Incluso prestando una atención especial a la conversación de mis amigos, no he podido dejar de ver como se entrelazaban las vidas de varias personas. En apenas una hora, en un trozo de barra de uno de los miles de bares que hay. Quizas la chica morena haya roto el corazón de alguien esa noche, o quizas le esté engañando y se lo acabe rompiendo. Quizás el camarero tenga asuntos no del todo lícitos. Quizás esas dos chicas tengan su propia versión de lo visto. Quizás me meta donde no me llaman... pero no puedo evitar fijarme más allá del telón del teatro.

Escrito por Träne (trane1985@gmail.com) a las 24 de Febrero 2006 a las 11:41 PM
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