Un sujeto A posee dos cosas, perros de caza y miel. Un sujeto B posee vacas, asi que tiene leche y carne sin peligro de que se acabe. El sujeto C tiene trigo y un molino, que comparte con el sujeto D que tiene olivos, ambos se turnan el edificio para trabajar sus productos. El sujeto E puede conseguir tela y ropa. F tiene unos viñedos repletos de uvas y los medios para transformarlas en vino...
Mientra que el sujeto A entrena a sus perros y se come su miel, los demás montan un mercado para repartirse la ropa, el vino, el aceite, el pan, la leche y la carne. No hay disputas más que por el precio, pero siempre se llegan a acuerdos más o menos justos, pero necesarios. Invitan a A porque la miel es otro tipo de comida que añadir, A acepta a regañadientes, pero le apetece comer carne y sus perros han matado a casi toda la caza de sus tierras.
Pasan los años, todos se siguen beneficiando, pero la muerte no perdona y todos deben ceder sus puestos a sus descendientes... quien más y quien menos decide seguir con el mismo trato, que benefecia a todos. Excepto los hijos de A, son dos, y uno ha adquirido su habilidad con el entrenamiento de perros de caza, el otro hijo de A prefiere seguir con la miel, aumentar la produccion y mejorar los contratos con el resto.
El criador de perros de caza hace su trabajo tan estupendamente que es capaz de dominar a sus fieros animales. Desde cachorros les adoctrina para que sólo escuchen sus palabras y muy poquitos son capaces de deshacerse de ese extraño hechizo que supone el conductismo. Pero este cazador tiene un problema muy serio, quiere comerse su miel para él solo, aunque joda a su hermano, asi que ataca a sus compañeros de pacto para romper las relaciones y quedarse con todo el ambarino dulce.
Pronto recibe reprimendas por todos lados, su propio hermano ("traidor" piensa resentido) le pide por favor que deje de atacar a sus vecinos. Pero obviamente hace oidos sordos, como las mulas que llevan tapados los laterales de los ojos para que sólo vayan de frente.
Hasta que todos los vecinos y su propio hermano no llegan a un acuerdo, el adiestrador no para de atacarlos. Pero ahora usa a sus perros, que son igual de letales pero sin arriesgarse él mismo y hace como que cumple el acuerdo para no ser reprendido.
Y pensar que hace tiempo me acostumbre a esto...
http://imperson.blogspot.com/2006/12/terrorismo.html
Escrito por Träne (trane1985@gmail.com) a las 30 de Diciembre 2006 a las 06:53 PM