Por fin he acabado los examenes, llevo un par de dias en eso de creermelo.
Pero he acabado desanimado, cansado, pesimista y un poco más angustiado. Casi podría decir que vengo como el guerrero de la batalla perdida, cojeando, cubierto de sangre, con la cabeza gacha y sin querer mirar a mi alrededor, sólo sumido en mi mismo.
Pero en fin, no siempre pueden salir las cosas bien. Y aunque este enfadado con el mundo, no dejo de, siendo sincero, ser la causa de ese enfado, soy yo mismo el que se merece todos los reproches, por no haber dado un paso más, por no haberle dedicado todo el tiempo que debería, por haber sucumbido al cansancio antes de tiempo.
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Y hoy, en mi enfado con el mundo, vengo a desahogarme. Estoy metido en una actividad que te obliga a la interrelación entre compañeros de actividad, y hay uno que me cae especialmente mal, por su forma de querer destacar... y hoy ha acabado un alegato en el que se metía con otro compañero menos afortunado diciendo que, lo mires por donde lo mires, 2+2 es siempre 4.
Me he quedado con las ganas de darle un corte, pero entiendo que tiene más popularidad que yo (el esfuerzo por destacar tiene sus frutos) y que eso me aislaría un poco... de todas formas, 2+2 no son siempre 4, ni en la vida (como debería ser evidente) ni en las matematicas... estoy harto de ver en la ingenieria que 2+2 no son 4, que ojala, pero nunca llegamos a tanto, que existen los fasores, los numeros complejos, los desfases y que en eso perdemos eficiencia...
Y la vida en general se parece más a los números complejos (con partes reales y partes imaginarias, que vienen de situaciones intangibles) que a los números reales (que es lo que hay, que se ve y que se entiende).
Escrito por Träne (trane1985@gmail.com) a las 8 de Junio 2009 a las 12:32 PM | TrackBack