Últimamente debato con mucha gente (como decía aquella persona... "no sé qué le pasa a todo el mundo conmigo, que no paro de pelearme con la gente"), lo que empieza con una inocente conversación acaba convirtiéndose en una lucha encarnizada por llevar la razón. Generalmente me da igual quien lleva razón, disfruto de los debates y a veces hago de abogado del diablo... hasta que se meten conmigo o me hacen alguna alusión personal, que ya hago de diablo y voy a lo destroyer. No se que me pasó la semana pasada que todos y cada uno de los días encontré un tema para enzarzarme con alguien.
Y en todos, el principal motivo que me impulsaba, era ver la falta de empatía y la cantidad de prejuicios que me parecía tener mi interlocutor/a. Uno de los temas era de una chica especialmente ligera de cascos, y la atacaba un compañero que alardea de ser liberal -que sí, que por eso me incité a picar más-... mira que en este tipo de temas me puedo considerar hasta conservador, amargao perdido es otra acepción que contemplo, pero no entendía que problema había en que ella hubiera elegido ese camino, si prefiere estar con uno cada noche, es cosa suya, ¿Por qué siempre pensamos que el nuestro es mejor? "Esa chica de mayor se sentirá vacia"... joder, ¿y alguien que no se tira a todo lo que se mueve se va a sentir más lleno? ¿En que contrato viene eso? Al final casi todo es cuestión de suerte, cada uno toma su camino, algunos lo eligen, otros aunque quieran elegirlo se tienen que conformar con opciones menos tentadoras por las circunstancias, unos aciertan, otros no, otros creyendo que meten la pata descubren que era su mejor opción y otros que, habiendo elegido cualquiera de las opciones, se arrepienten toda su vida... es injusto, es una putada, pero es que es lo que hay. Hay que joderse y clamar al cielo o a uno mismo, y ocuparse cada uno de mejorar su vida antes, y dejar en paz a otros que son felices con sus vidas, por poco que nos guste a nosotros (o lo mucho que nos gustaría vivirla).