14 de Abril 2010

Tranquilidad

"Las preocupaciones del mañana pertenecen al mañana". Proverbio árabe.

El humo de varios narguiles se va mezclando en el ambiente, creando una atmósfera de aroma dulzón y denso, en un primer momento da la sensación de estar en un lugar opresivo, oscuro, pero no se tarda en apreciar la tranquilidad de la sala, repleta de cojines, cortinas y alfombras. La música árabe suena tan suavemente que es imposible localizar de donde proviene, pero todo lo impregna.

Un hombre joven saluda con respeto a otro ya anciano, y le conduce hacia un asiento de cómodo aspecto, mientras le traen una tetera dorada muy labrada... antes de poder ver más, una chica de tez oscura, rasgos suaves, cabello negro y ojos almendrados de un profundo color miel, nos acompañan hasta nuestra mesa.

Sirven un fuerte té, endulzado con miel y hierba buena, mientras demuestran que las prisas aquí no valen para nada. Da igual, es inevitable relajarse y caer en un agradable sopor. Traen el narguile, un carbón al rojo va consumiendo las finas hojas de tabaco con melaza, nos sonríe y desea que disfrutemos las próximas horas. No hay relojes, no hacen falta. La suave música y el ambiente relajado casi obligan a hablar en susurros. Las conversaciones, por banales que sean, adquieren una extraña intimidad.

El té, siempre caliente, aclara la garganta. El humo, suavizado por el agua, entra en los pulmones, y la reflexión envuelve las conversaciones. Las respuestas son más lentas, más meditadas. No hay interrupciones, no hace falta apresurarse, los silencios entre frases no resultan extraños. Aquí los problemas se han quedado en la puerta y el tiempo no está invitado a correr.

Escrito por Träne (trane1985@gmail.com) a las 14 de Abril 2010 a las 01:48 AM | TrackBack
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