12 de Mayo 2010

Ser humano

"Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro." Albert Einstein

¿Cómo era aquello... cuanto más conozco a la gente, más me gusta mi perro? El caso es que he descubierto, con el paso de los años, que si bien el ser humano es capaz de hacer las cosas más impresionantes (tengo un post preparado al respecto), también es capaz, y tiene especial afinidad, para hacer las cosas más horrendas.

El ser humano es arrogante por naturaleza, una persona educada podrá disimularlo, pero generalmente, siempre sale ese rasgo completamente absurdo en algún momento u otro. Si dijéramos que el océano es arrogante, pues bien, porque estaba ahí desde mucho antes de que se inventara la escritura, porque mucho antes de que se inventara la computación, estaba ahí, mucho antes de que me diera por abrir un blog, estaba ahí, y mucho antes de que la rabia me impulsara a escribir estas palabras, estaba ahí, asolando continentes... y moriré, y seguirá estando, y habrá un momento en que nadie me recuerde, y no habrá desaparecido el inmenso océano... y el ser humano se extinguirá... y sí, el océano estará ahí.

Somos efímeros, nuestras vidas duran, en el mejor de los casos, un siglo, y la media no se acerca demasiado a esos valores. Somos un soplo de aire capaz de mover un par de granos de arena en la inmensa presencia del desierto, apenas un "click" de las manecillas del reloj infinito del universo.

¿Cómo, entonces, tenemos el valor de creernos los mejores del mundo? ¿Cómo somos tan crueles con otros de nuestra propia raza por errores inocentes que cualquiera puede tener? ¿Por qué siempre nos empeñamos en hacer valer nuestra estupidez por encima de la casualidad, de la mala suerte o de un malentendido?

He contemplado una escena que me ha puesto los pelos de punta, he sentido palpitar el cuello, he apretado los puños, y me he mordido el labio hasta casi sangrar... me han dado ganas de pegar un puñetazo al estúpido arrogante que se ha creído mejor por haber salido ganando de un malentendido... y lejos de mostrarse conciliador, ha humillado en público a la otra persona. Y, aún más lejos, encima se cree buena gente, mucho mejor que cualquiera que le rodee, cuando su empatía está tan cercana a cero que uno se plantea si su inteligencia emocional no es la misma que la del teclado que ahora aporreo lleno de ira.

A veces me lamento de que estemos asediados por guerras, por terremotos, volcanes o lo que tercie... pero es que, en general, nos lo merecemos. Por cada genio que lucha haciendo cosas buenas, hay cinco que lucha haciendo cosas malas, y miles de personas que se limitan a mirarse el ombligo. Y no soy de los que piensan que se compensa, no compensa, hay gente sufriendo mucho, y pudiendo evitarlo, no lo hacemos. Para mí contemplar una bella catedral no compensa el que se esclavizasen y puteasen a personas para hacerla. No compensa. No compensa que en pos de alcanzar el paraíso, el descanso eterno, el nirvana, la valhalla o el harem lleno de huríes se justifique todo en esta tierra.

Si fuera Gaia, el karma, Dios, Allah, o lo que sea que nos ha puesto aquí y nos soporta, hace milenios que habría dado la última oportunidad al ser humano.

Escrito por Träne (trane1985@gmail.com) a las 12 de Mayo 2010 a las 09:23 PM | TrackBack
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