13 de Mayo 2007

Dilema

Al borde de un acantilado susurra palabras solo audibles para el viento que le manosea, que hace bailar en un frenesí de locura las ropas que le protegen, tirando de su pelo y de sus brazos extendidos, colandose en cualquier rendija y haciendo fuerza. Con los ojos cerrados mirando al vacio, sintiendo la inmensidad de la nada y la premura del reloj de arena que no para por nadie.

Le gusta este sitio, le ayuda a pensar. Le hace sentirse seguro, libre, capaz de tomar la decisión necesaria, como si la propia montaña le prestase parte de su fortaleza para llevar a cabo su resolución. Piensa que si algun dia saltase, casi podría volar como las inmensas aves que allí tenían su hogar, viviendo entre escarpados picachos, sin más problemas que aprender a volar.

Por un lado, le atosigaba aquello que creía justo, sin importar más que la simple y llana justicia. Pero sabía que la justicia no existe, que el ser humano solo tiene leyes, y para los sentimientos no hay nada escrito. Por otro lado, su lado pesarosamente humano le decía que era hora de inclinarse otra vez, de pisotear su orgullo de nuevo, pero por experiencia sabía que no era un camino que llegase lejos, y no quería quedarse de nuevo a medias, por facil que ahora resultase. Y por último, los deseos expresos de alguien, sin estar seguro de que fuese lo que realmente quería esa persona o simplemente eran deseos dichos en un mal momento con palabras rebeldes,

Se maldijo así mismo de nuevo y pensó en dejarse vencer por las tres fuerzas, más insistentes que el poderoso viento. Convertirse en humo y dejarse disolver por las encontradas corrientes. Sabía que no podría hacerlo, se dió media vuelta y descendió por el oculto camino, sin tener claro todavía que hacer... la primera vez que le fallaba la montaña.

Escrito por Träne (trane1985@gmail.com) a las 13 de Mayo 2007 a las 02:44 PM
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