Creo que es una de las películas que he visto media docena de veces y que siempre se me olvida incluir en mis favoritas
Y esta noche, por cosas del random select del reproductor, saltó una de mis canciones preferidas mientras trabajaba pegado al portatil, de la banda sonora de el piano.
Recuerdo que hace años intentaba explicarle a uno de mis primeros ligues, por internet (asturiana ella, ya ha llovido de los 15 años, a los 23 que tengo ahora), que para mí la música significaba poder transportarme a cualquier lugar, en cualquier momento, evadirme sin dejar rastro de mis problemas, fundirme en el compendio de notas y fluir como fluyen los sonidos, cerrar los ojos y dejar de ser, de estar atrapado en una cárcel hecha con piel. Fue aquella época cuando todo cambió, precisamente por algo que me pasó con la chica esta (y ella sin saberlo consiguió que ahora sea parte de lo que soy), y escribí mi primer relato, y dejé de lado la música, y dejé de ir a mis clases de piano, y empecé a escribir a altas horas de la noche (como ahora mismo).
La verdad es que bromeábamos con que éramos iguales solo que en diferentes sexos, al final resultó que uno era un poco menos merecedor de tanta confianza. Desde entonces ha sido difícil que alguien me comprendiese al nivel que ella lo hizo aunque posiblemente sea porque me he vuelto más complicado (o me he dedicado a remover las arenas del lecho del lago para parecer más profundo), quizás por eso empecé a escribir para comprenderme yo mismo.
Y la vena melancólica me ha atrapado, como la telañara que atrapa a una mosca suicida. He revisado los archivos de hace tiempo, todos guardados en una carpeta de un disco duro externo que reza "personal", y he repasado los 8 años que me separan de aquel momento. Las imagenes y los escritos.
Siempre he estado en contra de guardar fotos, para evitar cosas como estas, que en un momento de subita debilidad me atrapen y me tienten a vivir en (por/para) el pasado. He revivido mis momentos de máximo esplendor en el arte de la seducción; he leido cosas que me parece imposible haber escrito (al contrario que con el vino, según envejezco, no me hago mejor...); he recordado viejas luchas, internas y externas, viejas lágrimas, propias y ajenas... y el tapiz del tercio de mi vida más prolífico dibujado desde la perspectiva. Y no he llegado a ninguna conclusión, salvo que estoy vivo, y que la vida se consume como si de una vela se tratase, y que la mecha ya quemada solo sirvió para iluminar en su momento, y que sólo la mecha que está por quemar iluminará en un futuro. Todo un mundo de posibilidades ante mi.
Curioso que el nombre de la canción que me ha sumido en estas meditaciones sea dreams of a journey
de lo más adecuado. Intenso.
Mmmm, bien por ti que mantengas tus recuerdos de la adolescencia ..... sólo comentare lo que dices respecto a la película El piano, he buscado por google la sinopsis y vaya que se ve interesante el argumento y además tiene el plus de estar ambientada en el siglo XIX (varias de mis películas favoritas están ambientadas en esa época) asi que de todas maneras me la apunto para verla en algún momento.
Como ahora estoy en el trabajo no puedo escuchar la música del video pero en cuanto llegue a mi casa lo escucharé, ya sabes que me encanta este instrumento, el piano.
Escrito por Minerva a las 10 de Junio 2008 a las 12:04 AM