Tengo un gato de seis meses que es más listo que muchos humanos... lastima que emplee su inteligencia para putearnos.
Cuando quiere jugar y no le haces caso, salta a tu lado y te muerde en el brazo, como una serpiente, porque en seguida sale corriendo,... si sigues ignorandole, te morderá una y otra vez, cada mordisco más fuerte. No se dejará acariciar hasta que no hayas jugado con él (jugar significa tirarle un par de juguetes para que los atrape al vuelo y los retuerza contra el suelo unos segundos, una y otra vez durante horas)
Como los mordiscos es algo a educar buscamos información y leimos que lo que hay que hacer es darle en la boca para que asocie morder, con boca y con golpe. Pero debe haber leido el libro el muy desgraciado, porque te espera con la boca abierta y los colmillos afilados, cada golpe que recibe, tu recibes unos o dos cortes sangrantes en los dedos.
Si está en un sitio vedado para él, como por ejemplo la habitación de mis padres, no caerá en las trampas de tirarle sus juguetes cerca de la puerta para que salga a por ellos... se esconderá esperando que te vayas y despues fijará su atención en el siguiente objetivo... un jarrón, un bote de colonia... lastima que ya me den igual mordiscos y arañazos y me atreva a cogerle luchando (suelo salir peor parado que él... porque no le doy ningun golpe, pero yo me llevo arañazos y cortes)
Tengo un compañero bombero que me ha comentado que algunas llamadas más habituales de lo que pudiera parecer son para pedir ayuda por el tema de los gatos, familias enteras atemorizadas y encerradas en una habitación porque el gato está rabioso y campa por el resto de la casa... y que se tienen que meter en la casa, media docena de bomberos, para coger al gato.
Como algun dia le pase eso al mio... pobres bomberos, mejor que vengan los antidisturbios...
Que me da igual, cualquiera de las dos cosas me vale. Mira que hay cosas de política internacional que quiero comentar... pero esto se alargará demasiado. Así que...
En política local (mira que intento contener mi lado político y es imposible). Nuestro gobierno quiere solucionar la insolvencia y el fracaso escolar permitiendo pasar de primero de bachillerato a segundo, con medio primero suspenso... "así se aliviará el fracaso escolar", claro, los datos, pero el fracaso seguirá siendo el mismo o incluso más pues cada vez hay menos exigencia. Es como si queremos bajar el indice de delincuencia y lo que hacemos es decir que el robo no es delincuencia... los datos nos abalarán, el robo que hay en España cada 3 minutos saldrá de las estadísticas bajando el indice rápidamente, pero a pie de calle (que es lo que importa), la delincuencia seguirá siendo la misma... y los asaltantes no serán castigados (menos aún).
Un chaval que entra a primero de bachillerato ya tiene 16 años como poco, ya tiene edad para comprender que o estudia o se cierra puertas. Y si no somos capaces de dar a entender eso, ¡tenemos más trabajo para hacer del que pensamos! Hay un problema serio si no hacemos comprender a las nuevas generaciones que el mundo no es precisamente un campo de flores. Es evolución, preparar a los nuevos componentes de la manada para la supervivencia del grupo. Pero lo que no puede ser es que le demos largas y le vayamos facilitando el ir pasando. Como estudiante (y de los normales), estudié en bachillerato sólo el día antes del examen, como mucho un par de dias antes, y lo saqué, con poco más de un 6... lo justito (me subió la nota el 10 en psicología), y eso que hacia el tecnológico que tiene las dos asignaturas más odiadas, fisica y matematicas. Mi esfuerzo se limitaba a llegar a lo minimo, como ahora, mientras vaya llegando a lo minimo exigido (lo mínimo, minimisimo), me vale, todo lo demás es trabajo de más. Pero me esfuerzo por llegar a lo minimo, y cuanto más alto está ese minimo, más me esfuerzo (lógico).
La ley del mínimo esfuerzo que todo el que estudia química o física comprende (y que muchos pre-ingenieros llevamos como un estigma en fuego). Todo en la naturaleza tiende a posicionarse en aquel lugar donde requiera menos energía estar... en eso se fundamenta la gravedad (con la energía potencial) o los electrones libres en los átomos.
Me escandaliza la gente que defiende esta postura diciendo "quien no llega no llega y es cruel hacérselo ver día a día"... quien no puede suele ser porque no quiere... he visto a gente con enfermedades mentales luchando contra una licenciatura. Basándome en eso voy a pedir un sueldo a cualquier club de fútbol, "no me recuerdes día a día que soy incapaz de jugar al fútbol bien y pagame para demostrarme que valgo a pesar de no hacer demasiado deporte". Lo que pasa es que es mejor salir de fiesta o de ligoteo, ¡¡bien lo se yo!! que durante todo el bachillerato tuve novia, pero oye, que nadie obliga al león a aprender a cazar... mejor para las gacelas...
El odio no suele tener cabida en mi persona, aparte de por ser un sentimiento "feo", hago llamadas a razones más lógicas, menos "redondeadas" (menos de cuento de tapa rosa)... el odio es un gran gasto de energía, es innegable que da fuerzas de donde nadie cree poder obtenerlas, pero el problema es que consume rápido los recursos... si no mantienes el odio, te vienes abajo, y debe ser francamente difícil odiar visceralmente algo durante demasiado tiempo.
Hay una historia rusa... Hubo una familia compuesta de una pareja y su hijo pequeño, el padre pegaba al niño y a la madre, borracho cada noche que se le cruzaban los cables les pegaba hasta que sus propias manos quedaban dañadas. Fue infiel y exigente, nada podía apaciguarle si venía enfadado y se gastaba su sueldo en beber, dejando sumida a la familia en la pobreza y obligando a trabajar al chico para poder pagar los gastos básicos de la casa. El chico se hizo mayor y se escapó de casa con 18 años... seguía hablando con su madre, por carta y teléfono, cada semana, seguía su camino incansable, prosperando todo lo que podía. A los 23 años se le murió la persona más cercana, su propia madre, y en el entierro vio a su padre, ninguno derramó lágrimas y ninguno se saludó... culpándose mutuamente de la muerte de la mujer.
Al contrario de lo que pensaban sus allegados, no se hundió en una depresión, al contrario, redoblaba sus esfuerzos para llegar más alto, más lejos, más seguro. Cuando tenía 27 años y todo el futuro por delante, su padre también murió. Y está vez lloró amargamente, hundido sin remedio y allí acabo su carrera meteórica. El amor de su madre le hizo crecer, el odio que profesaba a su padre le mantuvo vivo.
Lejos de ser (aunque en su momento creí serlo, ya es un poco tarde), parafraseando a Fran Reca, "como el mar que se retira despues de borrar tus huellas, soy como el sol que reaparece cuando huyen las estrellas, soy lo que queda de ti... soy de una frase sólo el verbo amar, de un recuerdo solo el olvidar", no puedo negar que a veces esa incadescente chispa de fuerza desatada, pugnando por salir a borbotones... tiznada de rabia y frustración... me invade.
La verdad es que los destinatarios deberían sentirse muy especiales, apenas hay un puñado de personas a las que de verdad odio, pero se lo han ganado a pulso, han sabido hacer suficiente daño como para que no me importe que les sea devuelto en su totalidad.