Ayer me enteré del fallecimiento de un viejo amigo. No puedo decir que fuese una gran persona, pero no era un mal tipo. Coincidiamos en varias cosas: ciertas ideologias políticas, un humor curioso e ironico (a veces hiriente, algo que intento corregirme) y un fracaso casi generalizado con las mujeres (fue antes de encontrar a C.).
Nos hemos juntado la cuadrilla que estabamos por aquel entonces, hemos hablado largo y tendido sobre él y nos hemos quedado más tranquilos. No le gustaba su vida y había confesado en más de una ocasión que no le importaría morir.
Ahora estoy en un aula de informatica en la universidad, escribiendo mis ultimas lineas para un tio con el que me sentía identificado a menudo. Cerrando un capitulo que amenazaba con quedarse a medias (hacía casi un año que no le veía). No puedo decir que esté contento, pero estoy tranquilo.