He escuchado muchas voces de apoyo a la decisión de omitir la bandera estadounidense del desfile militar que se realiza con ocasión de la fiesta nacional del 12 de octubre.
No puedo decir que sea un pro-norteamericano, basicamente porque me disgusta su predisposición a organizar los gobiernos ajenos (a base de armamento), pero no puedo coincidir con la decisión de quitar la bandera de un aliado (por mucho que nos joda) y más cuando se empezó a sacar como gesto de apoyo tras el atentado del 11S.
En diplomacia internacional se están echando demasiados ordagos que no sabemos si podremos asumir con la suficiente holgura. Es encomiable el gesto de acercamiento a Marruecos y Francia, pero ellos dos sólos no son capaces de asumir el volumen de negocio que teniamos (y hemos perdido) con E.E.U.U.. Así que, o se ponen las pilas con TODA europa (Reino Unido y nuevos integrantes incluidos) o la jugada puede costarnos demasiados creditos como para seguir jugando.
Adelante, escribe