Lo noto, aprisionado en su celda, el fuego que desprende se apaga poco a poco, apenas se puede sentir ya el calor ardiente de antaño en la punta de sus dedos. Me implora por una libertad que no soy capaz de dar.
Quiere ser un caballo. Poder correr libremente, sin ataduras, que los únicos obstáculos sean los que él mismo elija saltar. Sentir los cuartos traseros espoleando a través del barro, en una inmensa pradera, eligiendo la dirección.
Un suspiro tras otro, anhelando salir de su encierro. Preguntando una y otra vez. Sin obtener respuesta.
Quiere ser águila. Batir sus alas con fuerza hasta encontrar una corriente de aire que, meciéndolo suavemente, lo eleve por encima del resto. Poder tener la inmensidad del cielo para perderse, sin tener que regresar.
Llora contra la pared, sintiéndose solo, terriblemente abandonado. Sabiendo que la soledad sólo es un castigo dentro de esas cuatro paredes.
Quiere ser lobo. Correr entre la maleza, oler a las presas y convertirse en implacable cazador. Que la fuerza, la certeza y el honor se concentren en su mirada. No tener rival en las sombras.
Tira de sus cadenas, de oro fino, que le atan a una pared de mármol. Mira al techo, las gemas incrustadas en el marfil le devuelven la lánguida imagen de su espíritu ardiendo, luchando por salir. Incluso las más lujosas estancias no dejan de ser cárceles para quien se siente preso.
ESOS EXAMENES......!!!! como se nota eh?
Un beso.
y tambien, muchas veces, uno se siente preso en libertad... esas cosas que esclavizan, aun sin cadenas... besos liberadores de la estresante rutina diaria!
bamby: Mucho... y no solo los examenes :).
Morocha: Gracias por esos besos!!! De vuelta, un abrazo muy cariñoso :).