Lo necesitaba

A pesar de que procuro criticar lo minimo posible para seguir una máxima coherencia con la frase "hay que ser prodigos en alabanzas y tacaños en críticas", que favorece una convivencia constructiva basada en resaltar las virtudes ajenas y minimizar sus puntos debiles, a veces no puedo evitar estallar.

Ahora mismo siento como si un fuego abrasador me quemase el pecho. Debo callarme pues no quiero herir sensibilidades ajenas, no quiero dar pie a suposiciones sobre mis tendencias politicas (las tenga o no), tampoco podría reconocer mis prejucios (tanto positivos como negativos) pues puede que alguien se sienta ofendido. Es dificil ser conciliador cuando el resto no piensa en la conciliación, la diplomacia es un arte que exige al artista habilidades que van más allá del uso ingenioso de la palabra (lease la paciencia a prueba de bombas).

El fuego sigue ardiendo dentro de mi, debería poder desahogarme libremente, pero ahora hay demasiadas personas que me leen a las que podría molestar mi acceso de comunicación excesiva... es decir, si digo todo lo que pienso, si lo dejo caer a peso, quizás haga más daño del que pretendo aliviar.

Cada día llevo peor la indiferencia, el egoismo, la indolencia con uno mismo, la crítica ajena sin antes autoevaluarse (por eso de criticar en otros un defecto que tu mismo adoleces)... hay días en los que la condición humana me admira sobremanera, en los que las personas logran hacerme sentir orgulloso de ser humano, pero hay otros momentos (ahora mismo) en los que no puedo dejar de criticar a los, nosotros humanos, integrantes de la "raza superior"...

En estos momentos sólo puedo hacer un acto de inquietante cinismo (por eso de no criticar sin autocritica) y parafrasear a Groucho Marx:

"La humanidad, partiendo de la nada y con su sólo esfuerzo, ha llegado a alcanzar las más altas cotas de miseria."

El incendio se apaga poco a poco y el alivio me inunda levemente... como necesitaba esto :).