Correr, saltar, luchar... sentir.
Como el guerrero en mitad de la batalla. Cuando el humo te rodea, cuando el dolor te inunda, cuando el alivio llega. Y me has dejado tu marca en la piel, has curado mi dolor, allí donde había heridas sólo queda una cicatríz, y no quieres borrarla por miedo al olvido. Y deberías saber que yo no se olvidar.
El poder brilla en tu mirada, incluso has sido capaz de hacer frente al mismisimo sol, y no lograrás llegar a saberlo, y dia a dia lo seguiras haciendo y yo te mirare comprensivo, esperando que te des cuenta. Hay tantas cosas que finjimos no saber y que llegamos a creernos. Pero me he colado bajo tus defensas, buceando en ti, intentando conocerte, saboreandote y he encontrado tesoros escondidos, lugares ocultos...
Tu contacto reconfortante borra el dolor, y deja la melancolía. Por respuesta, la sempiterna sonrisa de la derrota bien entendida...
Realmente nunca se acaba de conocer al otro aunque se pase toda una vida juntos y siempre encontramos sorpresas, ¨y las damos¨.....
en este caso hablaba de algo más general :), tan solo una amiga que no sabe la importancia que tiene en mi escala de prioridades... efectivamente, siempre nos darán sorpresas independientemente del tiempo que haga que nos conocemos (por suerte!!!)