A mi espalda yace mi ultimo enemigo. El vapor de batallas pasadas le envuelve, en el silencio de la noche. No gime, no llora... sonrie. Sabe que me ha vencido, descansa.
La sangre, que es tinta para emborronar trozos de papel ya usados, corre por mis brazos, mis muñecas, mis manos. Con la mirada nublada por el esfuerzo.
He maldecido a Thor, a Sejmet, a Badb, a Marte y a Ares, todos los dioses y diosas de la guerra que conozco, por no dejarme descansar en la eterna danza de la lucha constante. Por mandar a sombras para aterrorizarme cada vez que enfundo mi espada para descansar. Cada vez que la dejo en el suelo para beber un sorbo de agua. Cada vez que la clavo en la tierra para limpiar la hoja.
Me envuelve un hálito de oscuras brumas que solo me deja dos opciones, adelante y atrás, sin saber en que dirección voy. No se cual es el Sur o el Norte, sólo soy consciente de la espada que porto. Ni recuerdo por donde sale el sol, Oeste o Este, da igual, solo hay un potente astro o una miriada de pinchazos de luz en el cielo, sin termino medio.
Mis musculos se resienten, mis ojos lagrimean por el esfuerzo de tenerlos abiertos, el sudor recorre mi pecho, mi espalda, mis brazos, mis piernas... por un lado no paro de maldecir a quienes me han puesto aqui, porque hace mucho que nadie se acerca. Por otro me maldigo a mi mismo, porque se me da bien hacer algo que no me gusta hacer... mientras tanto, mientras surjan respuestas, seguiré dando espadazos a mis enemigos, da igual si pierdo o gano, cada herida se cierra cuando aparece la primera estrella, tanto las suyas como las mias... y seguirá siendo así mientras no suelte la espada...
Maldeciré en voz baja a los mismos dioses y diosas de la guerra, no sea que me escuchen y decidan quitarme la espada y levantar las brumas. Hay que tener cuidado con lo que se desea, no sea que se cumpla.
...
Ya aparece la primera estrella, en breve volverán a sonar los cuernos de batalla, a son de cuyos brámidos bailamos , en una guerra sin bandos, sin vencedores o vencidos, donde las verdaderas alianzas son tan escasas como dioses que escuchan nuestras maldiciones y plegarias.
En el fondo no puedo evitar encaminarme a cada nueva lucha, cada mañana, con animo renovado y con una sonrisa en los labios... no deja de ser una de las pocas cosas que se me dan bien.
No tengo palabras.Me gusta demasiado como escribes.Aún cuando sea sobre batallas contínuas.
Y es que creo que la única solución,el único camino es pelear hasta el final.No rendirse sin haberlo intentado todo.Es de esperar que al final algo hayamos conseguido.
Un abrazo!
Jen
La batalla es dura, pero dulces serán las recompensas.
Ánimo, tienes la valentía necesaria para seguir hacia delante pase lo que pase
Un abrazazo
Jen: Vaya, gracias :). Y aunque al final no consigamos nada, ¿que más da? Hemos recorrido el camino, que es lo que importa. No quiero que dentro de unos años (o cuando ya sea viejo), me arrepienta al mirar atrás de no haber aprovechado cada segundo.
Un abrazo!
Lua: Como le digo a Jen, a veces la recompensa es la propia lucha, el estar vivo, contento de seguir luchando. Valor, a veces me sobra y otras me falta, es malo no encontrar un termino medio, jajaja.
Un abrazo Lua
"Cada herida se cierra cuando aparece la primera estrella", me quedó con esta frase, da ánimos para seguir luchando XD
Suerte con lo del título n.n
Siempre suelen resurgir los animos :), es lo unico que queda si todo va mal :).
Un abrazo