Se me pasan los días, volando. Es curioso, mi ultimo año de universidad (al menos último año intenso) y es ahora cuando empiezo a disfrutar esto. Salir de casa a las 9 de la mañana y llegar a las 10 de la noche... entre clases, beca, un ratito de ocio. Hasta ahora lo veía como una obligación y ahora por fin lo veo como una forma de vida.
Creo que es la primera vez, en años, que realmente me siento cómodo con prácticamente TODO lo que hago, sin fisuras. Ayer me acosté a las 4 de la mañana para acabar una practica y hoy me he levantado a las 8 para llegar pronto a la beca y ayudar a organizar el 3x3 de baloncesto. Una pausa de 3 horas para otra practica, y volver corriendo para estar al final del torneo (que es cuando más jaleo hay, al principio y al final). Comer deprisa y corriendo un sándwich, mientras apuntaba los vencedores de los partidos y echaba un vistazo a los árbitros, antes de asistir a un experimento sociológico que han hecho en la universidad (y por el que me he llevado 33 euros).
Hace mucho que vengo dándole vueltas a esto de la felicidad, años y años de leer libros, de hablar con gente sobre el tema, de asistir a alguna conferencia que otra..... y aunque hay veces que miro al techo pensando en lo que me falta (o quien me falta o me deja de faltar al lado), al final siempre encuentro algún camino de que la felicidad solo pase por mi mismo.
Lastima que a veces se olvide y tenga que empezar a pensar de cero.
Adelante, escribe