"Digámoslo de una vez: No se trata de evitar el dolor, porque el dolor es inevitable; se trata de escoger las consecuencias." Maurice Maeterlinck
Sólo temo una cosa en esta vida, al dolor, tanto a sufrirlo como a provocarlo en otros (y es una larga historia, pero quizás tengo más miedo a lo segundo).
Estaba hoy jugando al airsoft, en pleno tiroteo, con las bolitas de plástico volando en varias direcciones, silbando y restallando contra las rocas donde nos cubríamos, ampliamente superados en número y esperando refuerzos, cuando un compañero me ha hecho una seña para que le siguiese y flanqueáramos al equipo contrario que nos impedía el paso.
Después de una carrera entre compañeros con la rodilla en el suelo, o algunos tumbados para tener mejor linea de visión, otros llegando y tomando posiciones, hemos llegado al borde de la colina, cortado en seco. El compañero que tenía delante se ha lanzado hacia abajo, y después de dudar unos segundos le he seguido, sabiendo que confiaba en mí y con afán de cubrirle las espaldas.
Hemos ido resbalando durante casi 15 metros, "cuesta" abajo, sujetándome como podía con la mano derecha a toda raíz que veía y lo más pegado posible a la pared para mantener el equilibrio, mientras los terrones de tierra se deshacían bajo mis botas y seguía descendiendo sin que pudiera hacer mucho por parar.
La inyección de adrenalina es tremenda, el miedo te hace más ágil, parece como si todo fuera a cámara lenta. No hay dolor, ni preocupaciones, y aunque no llegues a pensarlo conscientemente, sabes que debes hacer para mantener el equilibrio. Aunque no puedas hacer nada, aunque el vacío parezca absorberte sin darte mucha oportunidad, tienes una especie de idea preclara. Los instintos toman la rienda del cuerpo.
Al llegar a tierra firme he visto que desde la muñeca, hasta casi el codo, estaba cubierto de arañazos. Justo donde ni el guante ni la camisa han llegado. Allí hemos encontrado a otra media docena de compañeros, y hemos iniciado un asalto para liberar el camino. Ha sido una pequeña victoria para el equipo (una lastima que otras dos posiciones nuestras hayan caído mientras tanto)... y para mí ha valido más el que al acabar me haya ofrecido la mano mi desconocido compañero en señal de reconocimiento que el dolor de los arañazos que ya empezaban a palpitar en mi brazo.
Que me compre quien me entienda.
Jodo, pedazo partida, ni gente que debíais estar, no?
Que no te escuezan mucho esos arañazos
Txao
:)
Pues 110 personas... muy tenso. Y bastante bien organizado por los chicos de A.S.D.T.
Salud compañero