"Veritas odium parit" Terencio
La verdad engendra el odio... nunca había entendido esta frase hasta ahora mismo. Esta mañana he desayunado con algunos emails referentes al post de ayer -link- , debo agradecer el tono de dos contertulios pues ninguno ha mostrado resquemor hacia mi persona (que realmente esperaba por no alinearme con ninguno) y han intentado explicarme el porqué apoyan a una facción o a otra. Ambos me pasaban documentos, imágenes y reportajes para que viese las lindezas del bando opuesto al que ellos apoyaban. He dejado el desayuno a medias.
Despues de intercambiar algunos escritos, he obtenido el permiso de escribir sobre ambos puntos de vista. Y siento decir que hoy me posiciono aún más en mi postura de ayer. Ninguno merece el más mínimo apoyo, pero es que nada, ni unos ni otros, ni un ápice de compasión. Si realmente existe un Dios, sea de la religión que sea, cuando me toque encontrarle va a tener que explicarme cosas que sencillamente no entiendo. Estoy enfadado, siento repugnancia y fría ira a partes iguales.
En el ser humano se concentra la maldad más extrema y la bondad más absoluta, lo sé, pero ¿por qué por cada acto bondadoso parece que hay 100 actos reprobables? ¿El mal grita mientras que el bien calla? ¿O es que es lo que hay? ¿Es el ser humano es un ser que, pudiendo decantarse por un lado u otro, tiene más tendencia a ser un sucio cabrón? ¿Qué extraño mecanismo mental hace que la gente sienta euforia con la crueldad y los agresores hasta sonrían o bromeen ante el acto abominable de quitar una vida?
¿Por qué, teniendo las imagenes al alcance de todos, tanto uno como otro sólo se empeñan en ver las que les conviene? ¿Se justifica la crueldad por venir de la facción que se apoya? ¿Por qué nos permitimos estos radicalismos en una Europa lejos del conflicto? ¿Qué justificación tenemos para apoyar a grupos de terroristas o a ejercitos con botas de hierro?
Advierto, este post tiene descripciones crueles, he evitado poner imágenes porque ya me parece insufrible el haberlo visto como para encima castigar a otros reproduciendolas en un blog generalmente más desenfadado. Cada uno sabe en función de su sensibilidad hasta que punto conviene seguir leyendo (tengo pocos lector@s y no quiero perderles del todo).
Una de las imágenes que más me ha impactado nunca es la que vi en televisión hace ya muchos años. Dos soldados aparentemente occidentales corrían en paralelo junto a un hombre, de raza negra, ya mayor con barba y pelo blanco, semidesnudo y descalzo que miraba a uno y a otro, con cara de miedo, intentando escapar corriendo a un ligero trote que demostraba su agotamiento. Delgado, con todas las costillas marcadas, sus brazos delgados intentaban cubrir su cara. Los dos soldados reían, bien equipados, bien alimentados, armados con fusiles, evidentemente con intención de llevar al anciano hasta el límite de sus fuerzas. Uno de los soldados hizo un gesto al otro, que paró en seco, y sin que ninguno dejara de reír, el que siguió corriendo levantó el arma y disparó al anciano. Mientras caía al suelo siguieron las risas, creo recordar que le remataron con otro tiro, no recuerdo bien porque había llegado al límite en ese instante.
La imagen no es cruel tanto por el dolor físico que le pudieron ocasionar, si no por el miedo que le hicieron sufrir, abusando de su fuerza y su posición dominante. Siempre me ha parecido un tanto absurdo el dicho árabe que dice que la crueldad es la fuerza de los débiles... los débiles soportan esa crueldad constantemente de otros más fuertes. Otra cosa es que moralmente tengan más fuerza... pero entre vivir tranquilamente con cierta moral laxa y que asesinen a los tuyos y a ti mismo cruelmente con tu moral intacta, joder, yo me lo pienso.
Pues lo visto esta mañana ha superado esa imagen que todavía aparece en mi memoria cuando digo la palabra crueldad.
El caso es que ayer me pasaron un link de como los israelíes miran bien poco por la vida de niños y jóvenes palestinos, a los que disparan balas de verdad cuando estos les tiran piedras. Bombardean edificios con civiles, da igual que sean niños, o ancianos, simplemente bombardean si sospechan que hay milicianos escondidos. Hace no mucho puse un vídeo parecido en el que los soldados americanos reían y bromeaban -link-, al final occidente, con todo el autobombo de democracia y estado del bienestar, sólo aplica eso dentro de sus fronteras. Mujeres relatando violaciones, asesinatos impunes de niños, palizas, brutalidad contundente ante cualquier incidente... la peor imagen ha sido la de un padre impotente palestino que trata de proteger a su hijo de las balas. Debe ser horrible el encontrarte incapaz de proteger a los tuyos, porque a mí, mi vida, me importa un pimiento (cuando se acabe no sabré que se ha acabado, mi cuerpo dejará de sentir, no me enteraré de nada, entonces, ¿que problema hay?), pero el que maten a uno de los míos, y tenga que vivir con la certeza de no haber podido ayudarle...
Del otro email me ha llegado un vídeo, que ojala no hubiera visto por bien de mi salud mental, pero que ha hecho caer una venda de mis ojos y sentirme menos tolerante con ciertas ideas. Dos jovencisimos soldados israelíes caen en manos de una horda de palestinos. Y quiero que quede claro, era una horda, les lincharon hasta matarles, tirandoles por una ventana al gentío que les esperaban ansiosos por empezar, entre los agresores había varios niños, luego, todos con las manos manchadas de sangre, despedazan los cuerpos, hasta el punto de que uno de ellos, con el corazón (supongo que aún caliente) de uno de los soldados en la mano baila sobre el cadáver. El otro sale aún peor parado, desfigurado con el cráneo abierto por la mitad y sus agresores sonreían saltando y gritando en pleno éxtasis. Hasta que descubren al cámara y empieza una persecución que corta la emisión.
¿Me quiere alguien decir por qué cojones voy a tener que apoyar a cualquiera de las dos facciones? Una cosa es que te defiendas, a lo que todo el mundo tiene derecho, y otra es que para ellos uses y abuses de la crueldad, y disfrutes con ello. Debe ser que mi mente europea, poco sufrida, no ha llegado hasta el punto de disfrutar con la muerte ajena. Es que ya hasta la mera indiferencia me parece abominable. Entiendo que a veces las guerras son inevitables, mejor dicho, nadie de los interesados quiere evitarla (poder y querer son cosas diferentes), es inevitable la muerte, va con el ser humano ¿pero realmente hay que ensañarse? Es necesario, por ejemplo, que humillen a los presos iraquíes cuando para ellos es mortal, espiritualmente hablando, que les comparen con perros (y encima dos tazas, todos desnudos y juntos), y encima fotos y risas. ¿Es normal, que a siete miembros del CNI español les asesinaran, les quemaran y saltasen y bailasen sobre sus cuerpos? ¿De verdad es necesario profanar sus cuerpos, lo unico que le queda a su familia, para defender tus ideas o intereses?
Se me presentan dos opciones, por un lado habrá quien pueda decir que son casos aislados, ¿y qué? El mero hecho de que existan demuestra que nadie se ha molestado en erradicarlo, cuando ellos mismos echen a patadas a los radicales de sus respectivas causas, entonces ganaran cierta fuerza moral y su causa tendrá validez sobre la de otros, y por otro lado, si es más común de lo que trasciende, entonces es un caso perdido y es mejor apartar la mirada y que sean sus dos trenes de radicalidad los que choquen con su brutalidad y descarrilen en una hecatombe que poco me importa. Si es el primer caso hay esperanza, si es el segundo me temo que no. En cualquier caso, no pinta un escenario favorable desde el punto de vista humano, bien por estupidez y dejadez, bien porque simplemente dejaron de ser humanos a nuestros ojos.
En última instancia, ¿qué más da a quien apoyes si al final se parecen mucho más de lo que ellos se creen? ¿que diferencia hay entre unos y otros si ambos usan la crueldad y la tortura para reivindicar sus posiciones? ¿que unos usan mejores armas? ¿que los otros son más? ¿que sus dioses les susurran lo mismo?
Adelante, escribe