"Podemos dejar de consumir tantos recursos. Podemos mejorar nuestras tecnologías. Podemos reducir el crecimiento demográfico. Probablemente tengamos que aplicar las 3". David Attenborough
Vale, después del momento apocalíptico del otro día, en el que bien podría haber estado poseído por Pianka, hoy toca la otra cara de la moneda.
La lucha actual de la ciencia va encaminada a un objetivo claro: Reducir el consumo (y por tanto aumentar la capacidad) sin que ello reduzca el bienestar. ¿Que quieres tener un ordenador encendido a las 2 de la mañana mientras te tomas un café? Pues bien, los materiales del ordenador serán reciclados y de bajo consumo, la electricidad para mantenerlo encendido vendrá de un generador eólico y el café no será colombiano, si no que estará plantado en un criadero que no esté a miles de kilometros de tu casa. Esas tres condiciones las cumplo en el momento de escribir esto. He instalado un software que implique un consumo menor de energia en el ordenador, lo compré muy potente por el tema de usar programas de diseño, pero para escribir puedo hacerlo capando potencia y consumiendo menos, un buen mantenimiento hace que no se sobrecaliente y evita perder energía. A estas horas, un 50% de la energía que me suministra Red Electrica Española es renovable, y, si contamos la nuclear, tan solo un 26% de lo que consumimos emite CO2 (no está mal para un fin de semana con poco viento aprovechable).
Obviamente hay contraprestaciones, el ordenador será un poco más caro o difícil de mantener tecnicamente, la energía eólica no requiere combustible, pero es más dificil de adaptar al sistema eléctrico, y el café tendrá algo menos de calidad. Pero al final, a título personal, lo que ahorro en un sitio compensa en otro y el bienestar apenas sufre un ínfimo retroceso (realmente seguiré disfrutando de tener un ordenador a las 2 de la mañana mientras me tomo un café). Y mi consumo se reduce sensiblemente.
Aguas residuales completamente tratadas para poder ser ingeridas por el ser humano, plantaciones que necesitan menos agua, plantas inmunes a plagas que mermen la cosecha total, pieles de tomate como sustitutos del petroleo para hacer plásticos, energías que no emiten CO2, edificios que se reparan solos, capacidad de cultivar carne con un consumo mucho menor de recursos y sin tener que matar animales, avances médicos para reducir el tiempo y la agresividad de los tratamientos...
El otro día en una conferencia de Campo Vidal, el moderador dijo que el 85% de los investigadores de toda la historia, están vivos. Es decir, es el momento histórico más proclive para la ciencia, para dar ese cambio que nos hace falta. De los que creemos que el sistema actual no es sostenible, surgen dos corrientes de pensamiento, por un lado los que creen que ya es demasiado tarde y en unas décadas habremos retrocedido brutalmente (Olduvai, Lovelock...), y otro lado, los que creen (creemos) que la ciencia es la clave.
No somos los primeros, ya se habla de que los mayas pasaron por esto. "Deforestación, agotamiento de recursos naturales, búsqueda desmesurada de poder, consumo excesivo, incendios, agricultura... No hablamos de la sociedad actual, sino de la civilización maya, que desgastó su tierra con un consumo desmedido. La historia maya es la mejor analogía de la sociedad actual. ¿Se actuará para frenar los excesos? ¿Y para frenar el cambio climático? Por ahora, el camino es similar." (Extraído de plataforma SINC, escrito por Adeline Marcos).
Los paises ricos, que hasta ahora hemos sustentado los estandartes de la colonización para esquilmar recursos, los juegos de política para asegurarnos recursos extranjeros, las conquistas en el pasado para buscar recursos que nosotros ya habiamos consumido... tenemos una vez más el mando: la tecnología. Podemos cambiar. Podemos reducir el consumo de recursos, podemos aumentar el número límite de habitantes del planeta y podemos mantener una sostenibilidad. Podemos llevar una vida mejor a mucha gente para que se reduzca la miseria. Ahora queda que queramos hacerlo, o que nos dejen...
Adelante, escribe