"Los que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche." Edgar Allan Poe
(tiempo de lectura medio estimado: 1 min y 35 seg)
El viernes encontré un artículo interesante sobre la psicología de masas, y este fin de semana tenía pensado desarrollarlo, en plan "¡ey! Somos jodidamente previsibles", pero el destino, como casi siempre empeñado en taparme la bocaza a reveses, ha trazado un imprevisto para que hoy eludiese un compromiso hasta 10 minutos antes ineludible. Y me he encontrado, repentinamente, sin plan, solo y aburrido en casa.
Después de cumplir con los objetivos de las tablas del plan deportivo que tocaban para hoy, hacer un poco el chorra frente al kinect y darme una larga ducha de agua caliente... me seguía sobrando tiempo. Mira que me gusta quedarme en casa los domingos, saboreando la tranquilidad opresiva que precede a la vorágine de actividades del día a día, pero ya que me había concienciado a tener una actividad intensa... ponerme a ver una película, a chatear un ratejo, o a leer, simplemente no me convencía.
Así que he puesto el Spotify (versión de pago, lo que demuestra que un plan de negocio inteligente logra mucho más que leyes despóticas), me ha salido una canción de warcry, y como hace ya casi un año que no les escucho, les he puesto de música de fondo. He abierto un documento word para empezar con el post de psicología de masas, total, lo mismo me daba ponerme a ello por la tarde que por la noche... y con este grupo no se puede hablar de psicología.
He escrito unas cuantas palabras aleatorias, que han dado forma a un argumentillo triste y lineal... que he desarrollado un poquitín más, después de eso, he metido otro argumento que se entrelazase, y escrito un poco de relleno para darle cuerpo, y me he dado cuenta de que se me había pasado el tiempo cuando ya llevaba 20 páginas.
Cada problema, que los tengo, se ha ido diluyendo en cada palabra; cada miedo, que me atormentan como a todos, se ha ido empequeñeciendo con cada linea; y cada incertidumbre, que me reconcome por dentro, se ha ido silenciando con cada párrafo. Creo que es la primera vez en años que me vuelvo a dejar llevar delante de una hoja en blanco... joder, y que bien sienta.
Adelante, escribe