"Ni los osos, ni el hielo de la Antartida, ni los Beattles. Se han ido para siempre, se acabó. La guerra ha terminado, y hemos perdido" Película - ¿Para qué sirve un oso?
(tiempo medio estimado: 1 min y 10 seg)
Entre amigos y conocidos suelo ser el que investiga ciertas páginas por internet... si una tienda online es de fiar, qué bar o local puede ser nuestro próximo plan, cómo reservar un hotel desde casa, hobbies más baratos de importación... después de años navegando tengo cierta experiencia para evitar sitios dudosos. No quita que algún día meta la pata y me lleve un palo, pero de momento he tenido suerte.
Un viejo conocido, harto de no comerse una rosca, me ha pedido que eche un ojo a un par de páginas para encontrar pareja. Tiene miedo, y lo comparto, de meterse donde no debe, quedar con una morena impresionante y amanecer con menos órganos vitales de los que tenía al acostarse. Dada su suerte (muy parecida a la mía), es muy probable que seamos protagonistas involuntarios de la saga Saw en lugar de encontrar a alguien.
Me ha pasado un par de direcciones, me he registrado con una cuenta para este tipo de cosas y he echado un vistazo. En una de ellas me han pedido rellenar varios cuestionarios... y al acabar me han mandado un listado con un centenar de chicas buscando una cita o una relación seria en Madrid. Y todas, siendo bastante normales (que uno se mosquea al ver fotos de modelos o gente con tropecientas carreras), me parecían interesantes.
Se que este tipo de páginas funcionan, al menos tengo varios conocidos a los que no les ha ido mal, pero soy un poco terco y me gusta intentar las cosas sin ayuda (ineludible ver la película que introduce este post). Quizás un poco idealista que cree poder encontrar a su chica espontáneamente, sea ya conocida o por conocer. De todas formas, por un momento, he estado tentado de dar mi guerra por perdida.
Adelante, escribe