"Todos encontrarían su propia vida mucho más interesante si dejaran de compararla con la vida de los demás." Henry fonda
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Estoy acostumbrado a ducharme desnudo frente a otros después del gimnasio. Perdí muchos complejos en el vestuario del polideportivo de la universidad cuando me encontré en pelotas a un profesor que acababa de suspenderme un trabajo por el que llevaba sin dormir casi 3 días. Ambos fingimos no vernos y evitamos el contacto visual en los 4 o 5 minutos que coincidimos dentro de la sala de las duchas. Ahora con la carrera acabada estoy deseando volver a cruzarme con él en una situación así para devolverle un poco de graciosa crueldad creativa.
El caso es que cómo he vuelto a ir al gimnasio, y necesito inyecciones de autoestima que últimamente me cuesta encontrar de otra forma, he consultado con una amiga que trabaja en una clínica deportiva. La idea es perder 8 kilos más para quedarme en mi punto ideal y marcar mejor todos los músculos a base de ejercicio dirigido... y una técnica de motivación que me ha recomendado es aprovechar las tendencias narcisistas del ser humano y depilarme el cuerpo, al menos de cintura para arriba, para ver en el espejo las mejoras semana a semana. Soy un chico obediente... bueno, a veces, pero en esto sí.
Por primera vez en años me he sentido incomodo en un vestuario. Es normal que a ratos se desvíe la mirada porque es muy forzado mantener la atención focalizada a la altura de los ojos (hay bancos y escalones de por medio que bien merecen un vistazo para no tropezarte), e incluso puedo entender más allá y asumir que casi todos tenemos (o hemos tenido) tendencia a comparar, sobretodo si el hábito de ducharte en público es relativamente nuevo o si sufres inseguridades. Pero ha habido un tipo que no ha parado de echarme vistazos mientras estaba bajo la ducha. Pensaba que por mi "método motivacional" pero, por los comentarios de otros mientras me vestía, parece que no he sido el único que se ha sentido observado.
Uno ha comentado que ese hombre siempre procuraba ducharse solo o de espaldas al resto. ¡Que jodido es estar encerrado en un complejo y no saber hacer otra cosa que compararse con los demás!
Adelante, escribe