Vivir

"En la vida hay algo peor que el fracaso: el no haber intentado nada." Roosevelt

"Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo." Oscar Wilde

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El otro día tuve una conversación sobre momentos incómodos (que vienen después de un comentario o de una situación delicada). Me ha hecho repensar...

Hay personas por quienes merece la pena pasar por todos los momentos incómodos que haga falta. Y lo mismo va para un trabajo, o para un proyecto. A menudo toca moverse entre la incomprensión e incredulidad de nuestro entorno, de la persona en cuestión o, incluso, ante nuestra propia incredulidad. No debería haber momento más incomodo que darse cuenta de que uno no ha hecho lo suficiente por lo que le importa. Es verdad que uno no siempre tiene razón, y puede equivocarse, y seguir objetivos que no merecen la pena, pero no se vosotros, yo sólo tengo una vida y es difícil saber siempre qué es lo correcto. Llevarse ostias es inevitable. Para algunos es la excusa perfecta para no arriesgar, para mi es el aliciente perfecto para no desanimarme.

Me niego a simplemente existir. Si mañana me muero quiero haber vivido de tal forma que justo antes pueda sonreír porque ha merecido la pena. Aunque me haya equivocado. Aunque mi vida haya sido más difícil.

No tengo miedo al esfuerzo, al trabajo duro, a los golpes o a las barreras. Si quiero algo (si lo necesito), voy a luchar por ello, cueste lo que cueste. Y me voy a dejar la piel por mantenerlo. Mi problema es que no domino los tiempos, cuando quiero algo (o a alguien) lo quiero ya y me desespero cuando "ahora" no es una opción. Me puede el instinto más primigenio. El ansia. La necesidad. Luego lo pensaré, y caeré en la cuenta, y volveré a la carga. Por eso necesito a alguien a mi lado que me comprenda (con lo difícil que puede llegar a ser), y que sea capaz de darme un abrazo cuando me hundo un poquito, cuando el resto de cosas no salen.

Es posible que con este post deje un poquitín de lado este tema durante un tiempo, que no se que me pasa en las navidades que me da por darle vueltas a lo mismo una y otra vez. O quizás sólo sea que hay muchas cosas que aclarar en mi caótica mente y me tengo que repetir que no debo tener miedo a ninguna respuesta.