Estoy escribiendo esto en la línea 6 del Metro de Madrid, a la altura de la estación de Nuevos Ministerios, pronto llegaré a Méndez Álvaro, mi destino para el trasbordo en el Cercanías que me lleve hasta Leganes. Deben ser las 11 o las 12, no lo sé con exactitud, hoy no tengo prisa y no me he traído el reloj. Hoy el tiempo no me tiene preso y voy a disfrutar de ello.
Suelo dar algo de dinero a casi todo aquel que va pidiendo, 50 céntimos si se le ve necesitado y un euro si pide con música. Hoy ya he dado un par de euros en total (después de casi mes y medio sin que me hayan pedido nada), primero un hombre que decía ser invalido y que mostraba unos documentos de dudosa oficialidad (pero da igual), luego un chaval con una guitarra, una chica que venía vendiendo kleenex (no he cogido ningún paquete, no me hacían falta) y ahora acaba de pasar de largo una mujer rumana (supongo) con un niño demasiado silencioso. Hoy esta concurrido, he hecho innumerables viajes y nunca había visto a tanta gente pidiendo (no suelo encontrar más que uno o dos al mes). ¿será que no es mi hora habitual?
Volviendo al tema del pequeño, suelo ir de pie aunque haya asientos libres, si no estoy cansado, ¿para que ocupar un lugar que se va a ocupar en la próxima estación?, desde mi posición ventajosa he visto al niño, dormía pesadamente, sin moverse. No lo despierta ni el ruido del metro, ni el traqueteo constante, ni la brusquedad de movimientos de la madre... ¿es normal? La mujer me ha mirado y ni siquiera se ha acercado, quizás haya visto que miraba con demasiado interés a la criatura... ¡porque tampoco soy tan feo!
Ahora estoy llegando a mi destino, tengo la intención de escribir todo tal cual en el blog en cuanto pueda. Me preocupa hasta que punto una mujer es capaz de aprovecharse del ser más indefenso, un niño recién nacido. No puedo evitar pensar mal, se oyen demasiadas cosas... mientras tanto, el resto del vagón siguen hundidos en los periódicos gratuitos o se levantan pesadamente mientras un chico escribe de pie, apoyado en su carpeta negra, aprovechando hasta que se abren las puertas.
jo Träne, me recuerdas demasiado a mí. Yo siempre cojo la línea 6, en esa misma dirección para ir a casa, y no suelo sentarme tampoco. A no ser que esté demasiado cansada, como tú dices, o vaya con alguien (xq normalmente siempre quieren sentarse). Y he ido varios días de pie y escribiendo sobre mi carpeta (negra tb aunque con fotillos de cine).
Es increíble como la gente se queda mirando cuando alguien va escribiendo. ¿Qué tendrá de especial, digo yo?
Lo único distinto es que yo no suelo dar dinero a la gente que pide. No estoy de acuerdo con esa clase de vida, y mucho menos con las rumanas, que van con el niño que parece medio muerto.
Alguna vez, a los músicos sí les doy algo, pero sólo si su voz o música me cautivan.
En fin, que a lo mejor nos vemos algún día en la línea circular ;)
Un besazo
jajaja. Me empiezas a dar miedo.
Si, te miran raro, hoy una señora ha intentado leer lo que escribia... pero no lo ha conseguido porque mi letra deja mucho que desear escribiendo de pie en el metro :)
Yo no es que este de acuerdo con esa forma de vida, pero no puedo evitarlo. A mi no me hace falta y no creo que con 50 centimos puedan ir muy lejos, aunque sé que les puede ayudar en algo. Quiero confiar en ellos.
Mi carpeta es negra y parece de cuero, regalo de la autoescuela :)
Un besazo
Sobre dar dinero en el metro, yo sigo el sistema que dice hearts. Aunque a mi no me parece mal eso de pedir. Solo no me gusta lo de llevar los niños de esa manera. Muchos están drogados y la mujer no suele ser su madre.
Trane, te sorprendería la cantidad de dinero que se consigue con ese método.
En el metro lo más divertido es mirar a las personas que van haciendo cosas como escribir... Y más si van de pie.
besos
Se que se saca un dinero... son cosas mias :-) (viejas promesas), de todas formas si van pidiendo con un niño no les doy nada (a parte de que es ilegal pedir con un niño, no quiero fomentar la explotacion infantil).
¿Es divertido ver como escribimos? Juas, cuando estamos llegando al final de la hoja (escribo en folios) y no se como colocarme para apoyar bien... debe ser un espectaculo ver como una carpeta es capaz de vencerme.
jajaja a mí me pasa igual!!!! es bastante incómodo, x cierto. Además, a mí me sale una letruja q luego me cuesta un montón saber lo que he escrito...
Así que nuestra compi Sola es d las q se quedan mirando como luchamos con nuestra querida carpeta...uhm interesante.
No hay rencor, no hay rencor, no hay rencor... XD
No se, en cierto modo, me gusta que me miren (no penseis raro, me pasa igual cuando juego al rol), y si alguien se divierte, ¡mejor para él/ella!.
Lo de la letra ya lo he comentado, pero despues de varios años escribiendo con garabatos, ¡mi letra no se me resiste!