Alli estaba ella, una perfecta desconocida que llevaba un ceñido vestido negro que dejaba al descubierto los hombros, su melena caia con gracia sobre ellos y sus labios formaban un gracioso mohín de aburrimiento. Me di el ultimo viaje para llevar las cosas a la mesa donde estabamos... que casualidad que me olvide mi tercio justo al lado de tan bella señorita. Habia rechazado al menos a tres pretendientes desde que habiamos entrado, quizas por eso llamó mi atención.
Volvi, cogi el botellín y la mire. Me miro y me sonrió. Me acorde de cierta clase de quimica y solté:
-¿Sabes que la teoria cuantica es apasionante?
Su cara cambio al instante, sonreí, a lo mejor no había entendido que iba de coña, y entonces volvió a sonreir. Me ofreció un cigarro que rechace con un guiño. Hablamos. Debo admitir que me deje seducir por la idea de que estar flirteando (y que funcionara :)). Llevo mucho tiempo sincerandome a diestro y siniestro, insinuando sentimientos más fuertes de lo que me atrevo a decir, pero poniendo las cartas sobre la mesa al fin y al cabo. Y por una vez en mucho tiempo decidí poner el pie en ese camino que desestime hace años. Despues de un par de copas, ella parecía bastante perjudicada, quizas me estuviera copiando la estrategia seguida con mis amigos o que simplemente había bebido demasiado realmente.
Entonces la vi mejor, parecia cansada y estaba sola. Reprimi mis impulsos de abrazarla y bromee con ella un rato más. Me ofrecio ir a su casa a tomar la ultima, al parecer sus amigas llegaban cuarto de hora tarde (y llevaba al menos una hora alli) y no la apetecía estar con ellas. Rechace con la excusa más vieja del mundo, "se me hace tarde y me esperan". Me despedí con un beso en la mejilla y ella sonrió... y sus ojos tambien, quizas por librarse de mi o quizas por que se había reido de verdad (que sea esto ultimo, por favor :)) . Su nombre era Elisa, aunque tambien me dijo el camarero (conocido de uno de mis amigos) que usaba tambien el nombre de Raquel y el de Flor.
Ella seguiría esperando a sus "amigas" en aquella barra: quizas a otro chico que se dejase olvidado su botellin adrede al lado suyo o quizas a un principe azul en un caballo blanco. Pero no es mi camino, y por ahora, pienso seguir el mio.
Ya sé que la envidia no es buena... Pero a veces no puedo evitarlo. Te envidio :P
Un besazo :)
Has ido a envidiar a alguien dificil :P
Un besazo bonita