Las cuatro banderas del centro de mi campus se retuercen furiosas, una puerta de hierro forjado que pesa varias toneladas se mueve sola cuando normalmente hace falta toda la fuerza de una persona para abrirla, la gente se encierra en si misma concentrada en avanzar....
Me encantan estos dias, cuando camino me encierro en mi mismo y disfruto de la sensación del aire contra mi cuerpo, como a veces supone una lucha para poder dar un paso. Supongo que es lo más parecido a volar que voy a experimentar nunca... sentir como el viento pugna contra mis brazos, como pega la ropa al cuerpo y como las propias corrientes entran en una lucha por ver en que dirección vapulear tu cuerpo.
A veces pienso que tendría que haber nacido pajaro, pero me despierto en una realidad sin alas.
En dias como este la naturaleza nos muestra quien manda aquí.
Me hace sentir tan pequeña y vulnerable ver toda esa esa fuerza contenida que esconde.
Como una fiera dócil que de vez en cuando muestra los dientes cuando es molestada. Como una gata que por mostrarse mimosa no deja de tener garras.
a mi me hace sentir libre precisamente por ser tan pequeño... nosotros que nos creemos superimportantes y que entorno a nosotros gira el mundo, con un golpe de viento se demuestra que al final nada de nuestras tonterias importa demasiado