“¿Debemos renunciar
a las utopías por el mero hecho de serlo?” Antonio
Salas
Voy
a empezar esta parte con un pequeño juego que nos hicieron en una
conferencia sobre el calentamiento global. El ponente puso sobre la
mesa una jarra de cristal, de las normales, de las que tenemos por
casa. Cogió una bolsa de piedras de estas redonditas de río y las
echó con cuidado dentro de la jarra, hasta el borde, miró al
público y nos preguntó, ¿está la jarra llena?
El público,
inocente, respondió afirmativamente. Pude ver algunas sonrisas
condescendientes, seguramente ya habrían visto este “espectáculo”
antes. El caso es que el ponente incluso pidió que levantásemos la
mano si creíamos que la jarra estaba llena. Se elevó un bosque de
brazos. Volvió a preguntar, ¿seguro que no cabe más? Asentimos.
De detrás de la mesa sacó una bolsa de sal, que vertió
también dentro de la jarra. Cubriendo buena parte de los huecos que
quedaban entre las piedras. ¿Y ahora? ¿Quien opina que está la
jarra llena? Todos nos quedamos expectantes viendo que había
conseguido meter medio paquete de sal donde minutos antes afirmábamos
que no cabía nada más... dio unos golpecitos para que la sal se
asentase y la rellenó de nuevo hasta el borde. Nos miró y dijo,
“ahora sí que sí, no cabe nada más”. Incluso nos convenció...
finalmente nos dijo que de nuevo estábamos equivocados, sacó una
lata de cerveza vertiéndola dentro de la jarra, sobre las piedras y
la sal. Y se le acabó la lata y seguía quedando espacio.
Sus
conclusiones fueron: 1) Por mucho que nos resistamos, siempre hay
espacio para una cerveza más, 2) Una cerveza puede hacer cambiar de
idea hasta al más convencido y, la más importante, 3) el ser humano
está preparado para ir superando límites, su ingenio puede hacerle
sobreponerse a situaciones en las que inicialmente podemos pensar que
no hay soluciones.
Ingenio. Cultura. Conocimiento.
Preparación.
Leí el otro día un estudio que hablaba sobre
el origen de nuestra raza, el homo sapiens. Está bien establecido a
base de pruebas de ADN, dataciones de fósiles y estudios
antropológicos que al principio de nuestra existencia hubo una
franja de miles de años en los que convivimos y competimos con otra
linea de descendencia, el homo
neanderthalensis. Esto ya lo sabía por haber visto algún
documental, pero lo sorprendente del estudio es que una de las claves
que nos aseguró la victoria evolutiva fue que nuestra adolescencia
se extendía dos años más que la del hombre de Neandertal. Los
nuestros dependían durante dos años más del entorno social, pero
una vez llegados a la madurez, esos dos años extra de aprendizaje
daban como resultado una mayor capacidad para superar límites del
entorno (generalmente agresivo por el clima, otros depredadores,
falta de comida...).
Escogí esta frase para abrir este post
por una razón. Antonio Salas es el autor de un libro de periodismo
de investigación en el que trata la prostitución y el tráfico de
niñas. Lo leí para tomar conciencia sobre la explotación infantil
vista desde dentro para ver si se relacionaba sobre lo que escribí
hace unas semanas. Siempre he dicho que es aberrante el uso de
niños/as para trabajos o deseos de los adultos... resulta que hay
motivos evolutivos para pensar así. Me alivia pensar que no estamos
simplemente condicionados por prejuicios morales.
El señor
Pianka, que es con quien abría esta serie de post, falla en un punto
vital en su teoría. La idea de Darwin es que sobrevive el más apto,
pero sus seguidores han cogido el axioma de que sobrevive el más
fuerte. El hombre de Neandertal era más fuerte y no pudo con los que
estaban preparados. Eliminar al 90% de la población con un virus
para dejar a los más aptos es tan absurdo como eliminar a todos los
que no midan entre 1,60 y 1,80 de altura. De nuevo me alivia ver que
mi desprecio por esa idea no es un condicionamiento social impuesto
por la educación (que es variable según donde hayamos nacido), si
no que tiene un componente evolutivo (que es el mismo para todos los
seres humanos).
¿Podemos soñar con un mundo utópico donde
los avances técnicos superen los límites actuales impuestos por
nuestro entorno? No sería la primera vez.
Este es el tema que más me inquieta últimamente. Por una parte, me parece virtualmente imposible conseguir un mundo mejor (o lo que yo entiendo por un mundo mejor). Pero por otra parte siento la obligación moral de por lo menos intentarlo. Porque las cosas solo están realmente perdidas cuando dejamos de intentarlo.
En la evolución como medio de mejor no creo demasiado. Pero que la humanidad sobrevivirá me parece bastante claro. (Por lo que dices, es una de las especies que ha demostrado adaptarse mejor). La cuestión es en qué condiciones lo hará.
Es un tema que da para filosofar mucho. Llevado a efectos prácticos, el principal problema es el sistema económico que tenemos: el capitalismo puro y duro. Existe una necesidad real de plantear alternativas o medidas correctivas sobre este sistema (la seguna opción es la que me parece con más posibilidades de éxito). Sin embargo, todas las personas con poder de decisión tienen una conciencia nula sobre este tema, yendo en la dirección opuesta (un capitalismo cada vez más crudo).
Podría justificar todo lo dicho pero me llevaría demasiado tiempo (y la parrafada sería de escándalo :P). Así que me limito a dejarlo expuesto, y dejo también una pregunta al aire: ¿cómo cambiamos el sistema?
Un beso
Si te interesa el tema de posibles evoluciones de la sociedad, hay una teoría que habla de un futuro probable (la teoría de Olduvai). En cierto modo bastante catastrofista (¬¬), pero el debate está abierto.
Estoy de acuerdo en que el problema es un sistema capitalista radical. Consumo de materias primas de forma exponencial para sustentar un crecimiento también exponencial basado exclusivamente en consumir más para mantener la máquina funcionando... pero si la regeneración de materias primas es lineal, tenemos un serio problema, llegará un punto (o ya lo hemos pasado), en que el consumo es tal que no da tiempo a regenerar. El capitalismo funciona bien para crecer con la premisa de materias primas infinitas, pero como no las hay, llegará el día en el que caiga por su propio peso (el tipo de la teoria de Olduvai liga ese día límite con el día en el que tecnicamente no se pueda extraer petroleo para sustentar toda la demanda, en el 2030).
Respondiendo a tu pregunta (si te parece largo... no haber preguntado :P :P, ya me conoces y sabes que no tengo control en los comentarios), sólo veo dos formas de cambiar de sistema, o bien pasando a uno que presente mejoras en la comodidad del ser humano, muy gradual, o bien, si supone algún recorte del nivel de vida (como parece ser en este caso) a lo bruto, con revoluciones y guerra. Luego publicaré un post sobre esto (que tambien tenía pensado encaminarlo en ese sentido), pero basicamente creo que el camino para que suponga una mejoría y una transición suave es mediante la ciencia, la tecnología.
Ays, como me dejo llevar al responder...
Un abrazazo