"No se preocupe por sus dificultades en las Matemáticas. Yo puedo asegurarle que las mías son todavía mayores." John Locke
(tiempo de lectura medio estimado: 1 min y 25 seg)
Hoy he llamado a un contacto que me han pasado para hacer posibles colaboraciones periodísticas sobre ciencia. Yo, que ni soy periodista, ni tengo muy claro esto de la ciencia.
La llamada ha sido curiosa, siempre me ha dado un corte tremendo hablar por telefono, debe ser algo patológico... no ayudó en absoluto un par de malos tragos que tuve que pasar cuando trabajaba de administrativo en el polideportivo, uno de ellos que casi lleva a que me pegasen en un partido de futbol sala. Y es que no me llevo demasiado bien con los teléfonos. El caso es que las entrevistas cara a cara las veo más fáciles de controlar, ves al tipo (o a la tipa) de enfrente y sabes más o menos a que atenerte, por sus gestos sabes en que momento es mejor cerrar la bocaza, o que preguntas te están llevando por el camino de la destrucción.
Lo curioso de la llamada, es que la persona al otro lado estaba más nervioso que yo, o titubeaba más con las respuestas. No es que fuese una entrevista formal, era más bien una toma de contacto, así que tampoco es que haya que darle mucha importancia, pero me ha sorprendido.
Siempre he tenido la certeza de que por muy bien que se me de algo, habrá al menos media docena de personas que lo hacen mejor que yo. Es inevitable, sólo queda esforzarse en mejorar para no quedarse atrás. En lo que no había caído es que, por muy mal que se te de algo, habrá al menos media docena de personas que lo hagan peor que tú. Una carga menos sobre los hombros...
PD: Ante un par de emails sorprendentemente rápidos (en pleno proceso de edición), sí, el de la foto soy yo, y sí, he tenido la tentación de usar photoshop, pero como soy francamente malo, se ha quedado tal cual.
Adelante, escribe