Don't you hear me calling you
Write your letters in the sand
For the day I'll take your hand
39 - Queen
(tiempo medio de lectura estimado: 1 min y 20 seg)
Ayer me pasaron esta canción, que no escuchaba desde hace unos años, y no he podido evitar ponerme un poco nostálgico.
Desde mi tierna adolescencia he fantaseado con un tema recurrente. Ni fama, ni dinero, ni inteligencia, ni popularidad, ni ser un conquistador nato... siempre he querido ser un héroe, pero no de esos de armadura brillante y sonrisa perfecta, ni el que tiene el fusil de asalto con más precisión y alcance y que no se despeina aunque le estalle en la cara una bomba capaz de echar abajo un edificio, si no un jodido y triste héroe que pasase desapercibido hasta que la damisela en apuros estuviera al borde del colapso. Entonces entraba yo en escena y, como jodido y triste héroe, me llevaba todos los palos en su lugar. Malherido y renqueante, habiendo soportado lo impensable, sonreía y disfrutaba del beso de recompensa. Dulce bálsamo que hacía que todo mereciese la pena.
Pero por desgracia el mundo no es tan sencillo, ni feliz, ni justo. Y, aunque me cueste asumirlo, existen luchas que me quedan grandes y donde después no encuentras romántica recompensa. De todas formas, persiste esa venita adolescente que me impulsa a partirme metafóricamente la cara (más bien a que me la partan) para intentar ganarme un beso, incluso un breve roce en los labios, aunque ya he comprendido que a menudo las "damiselas en apuros" también serían capaces de sacarme a mi de los míos.
Pensándolo bien, no descarto del todo la idea del jodido y triste héroe que sólo sale al final de la película para llevarse todas las hostias que el protagonista principal no se lleva para no despeinarse... de alguna forma habrá que dar sentido a nuestras vidas, ¿no?
Adelante, escribe