Golpes

"Los golpes de la adversidad, y aun los de la violencia, son amargos, pero nunca son estériles." Joseph Ernest Renan

(Tiempo estimado de lectura: 1 min y 40 seg)

Me duelen los aductores, y ponerme una camiseta es un suplicio gracias a mi hombro izquierdo, no es para menos dado el ostión padre que me dí el otro día. A ver, la historia desde el principio...

Hace ya tiempo, jugando al airsoft y atrapados entre dos frentes, sólo nos quedó la opción de tomar al asalto un edificio bien defendido. Cientos de "inocentes" bolitas biodegradables por minuto castigaban nuestro enclave, y los mensajes por el walkie no eran nada tranquilizadores, estábamos quedando cada vez más atrapados.

La idea era ir un grupo reducido, con el menor peso posible, para tomar una puerta lateral de forma rápida y silenciosa, entrar en tropel y pillarles mirando hacia fuera. Me quité el chaleco táctico lleno de agua, provisiones y cargadores, dejé la replica de asalto (de uso prohibido dentro de edificios)... unos 10 kilos menos... y me quedé solamente con el walkie, la réplica de la pistola bien afirmada en la funda del muslo y un cargador. 34 bolitas en total.

Para llegar hasta la puerta teniamos que deslizarnos hacia abajo por un terraplen de 2 metros, correr por campo abierto lleno de escombros y obstaculos, saltar en carrera una muro de un metro de altura hasta llegar a unas escaleras, arrastrarnos por ellas hasta la parte de arriba, y apostarnos contra la pared de la casa antes de iniciar el asalto... y todo ello en silencio. Hubiera podido ser épico, pero en realidad fue lamentable. De los 6, solo uno lo hizo impecable, creo recordar que un policía nacional que probaba por primera vez el airsoft, otros tres llegamos trastabillando y de los dos restantes solo nos llegaron quejidos y maldiciones a través del auricular. Al intentar empezar el asalto, nos recibieron con una ráfaga de bolitas que, sin el chaleco, impactaron en el pecho dejando una hilera de marquitas enrojecidas, siendo mayor el dolor en el orgullo que en el torso. Con tanto ruido nos habían descubierto. Fue un alivio recoger mi equipo y descansar 15 minutos.

Desde entonces, a parte de correr para coger fondo, intento tambien mejorar la potencia variando el ritmo, y trabajar otras partes del cuerpo, por si algún día volvemos a jugar y nos vemos en las mismas, no hacer tan estrepitoso ridículo. El caso es que me he encontrado a menudo con una chica que saca a pasear a su perro labrador a la misma hora, y a veces juego con el perro (que a parte de encantarme los animales, la dueña está rebuena).

Lastima que el otro día el perrazo pensase que estaba jugando con él mientras hacia mis ejercicios, yo no me diese cuenta, se cruzase volando, y me tocase a mi comer hierba como ovejita obediente. Duele.