"El tonto tiene una gran ventaja sobre el hombre de espíritu: está siempre contento de sí mismo." Napoleón
(tiempo de lectura medio estimado: 1 min y 40 seg)
Siempre he sentido cierto silencioso orgullo de ser español. Siento los colores incluso cuando España no gana un mundial de futbol. Gente que, desde una diminuta franja de tierra reconquistaron palmo a palmo su reino contra un enemigo superior en técnicas y armamento, y tuvieron animo suficiente para crear un imperio abarcando medio mundo, siendo cuna de grandes pintores y escritores. Es cierto que sentirse orgulloso de una guerra o una conquista raya lo psicópata (igual que el terrorismo, estamos hablando de muertos que dejan viudos, viudas y huerfanos), pero yo voy más por ese animo inquebrantable de superar las adversidades y ser emprendedores y decididos.
Una vez dejado claro esto para evitar suspicacias, que ya me se de que va el tema y luego leo emails "curiosos"... voy a decir que hoy he perdido esa animosidad por la patria. ¿Cómo es posible que un espectáculo sádico que se basa en perseguir a un toro y lancearlo hasta morir en una orgía de dolor y sangre pueda reunir a 40.000 espectadores? Y lo que es peor, ¿cómo es posible que un movimiento que en su inicio dejó clara su intención de lograr echar a los políticos corruptos (en total 151 imputados de todos los partidos) apenas logre juntar a 20.000 personas en uno de sus mejores días? Más allá del espectáculo en el que acabó convirtiéndose la protesta y de los grupúsculos que aprovecharon para ganar notoriedad, la inacción general venía de antes de que les pusieran en bandeja una excusa.
Da igual las ideologías, las opiniones politicas o las rivalidades regionales... dejando toda esa mierda que nos separa de lado, ¿donde coño ha quedado la lógica en este país? Ahora entiendo algo, la culpa de nuestra situación no es de los especuladores de fuera, ni de la derecha, ni de la izquierda, es nuestra, enterita, de todos. Los politicos no dejan de ser fiel reflejo de nuestra sociedad, puede que ampliados por el poder otorgado, pero con nuestras debilidades, nuestros defectos y nuestros vicios. Vamos, que tenemos lo que nos merecemos, y toca joderse y apretar los dientes porque parece que nos cuesta mucho ser críticos con aquello que apoyamos. Y que me haya costado tanto darme cuenta...
La foto es de un toro (aunque no de lidia) y 3 vacas. Esta foto la hice en el campo, sin sangre ni nada, que es como me gusta disfrutar de este animal tan noble y fuerte. Llamadme raro.
Adelante, escribe