"Si hubiera una sola verdad, no se podrían hacer cien lienzos sobre el mismo tema." Pablo Ruiz Picasso
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Un par de meses a base de ejercicio y buenos habitos alimentarios han conseguido acabar con el antiestético inicio de barriga cervecera. El caso es que el otro día bromeaba (alardeaba más bien) sobre eso y a un conocido se le iluminó la cara. Me comentó que tenía un problema en la casa del pueblo, que seguramente se trataba de un viejo cuadro de la instalación eléctrica anterior que le estaba dando problemas con la nueva pero que estaba en un sitio un poco inaccesible y el barrigón del único electricista de la zona era un serio impedimento para acceder. Y que él, al que le costaba instalar un enchufe, no se atrevía a revisar si el circuito anterior estaba inerte de verdad.
Gilipollas de mi acepté echarle un ojo. Aunque la ingeniería eléctrica parece un buen lugar donde aprender este tipo de cosas, lo cierto es que de instalaciones domesticas tengo poca idea... puedo dibujar el esquema eléctrico de una central de 400 MW pero no llevo muy allá los 5 kW de una casa.
El caso es que para acceder he tenido que arrastrarme un par de metros bajo un recién construido porche. Apenas me quedaba espacio para girar sobre mi mismo, así que ir a gatas ni de coña. Cuando ya estaba metido casi por completo, iluminando como podía con la linterna, he visto el horror. Un trío de avispas que han debido sentirse atraídas por la humedad. He contenido la respiración para grit... para pensar mejor. Cuando he visto lo peor. Estaban atrapadas en una tela de araña ENORME.
He tardado mucho menos en salir que en entrar, quizás porque había dejado las herramientas olvidadas y llevaba menos peso. Entre las risas de algunos vecinos que hacían bromas sobre los chicos de ciudad, he reunido valor, me he envuelto la boca con un pañuelo para evitar polvo y cosas peludas entrando por la boca y he regresado. Me parecía incluso más estrecho y agobiante.
Luego, en la tranquilidad de la sobremesa, me he dado cuenta de que cada uno tiene sus miedos y fobias. Nadie se libra. Ya no cien, si no miles de lienzos de puro miedo. A la electricidad, a las tormentas, a la oscuridad o a las, terribles y asquerosas, arañas...
Por cosas así odio a Spiderman y prefiero a Batman. Está claro.
Adelante, escribe