"Aunque estés solo, no debes decir ni hacer nada malo. Aprende a avergonzarte más ante ti que ante los demás." Demócrito de Abdera
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Existe un experimento realizado en la Universidad de Stanford en los años 70 en el que se quería estudiar el comportamiento humano ante los juegos de poder (que es algo que usamos inadvertidamente más a menudo de lo que pensamos), y para ello se transformó un sótano de la universidad en un centro de reclusión y se pidió varios voluntarios jóvenes para llevarlo a cabo.
Se analizó psicologicamente a los voluntarios para sólo admitir a aquellos estudiantes modélicos y equilibrados. Y se dividió el grupo en dos, los carceleros y los presos. El director del experimento actuó como el director de la prisión, y equipó a los guardias al completo, no tenían más norma que mantener el orden, fuese como fuese, y tratando a los otros voluntarios como si fuese presos de verdad. En apenas 5 días, los carceleros se habían convertido en unos bastardos sin escrúpulos capaces de torturar a sus compañeros, y los presos se habían convertido en una masa de personas anónimas, sin fuerza. Se tuvo que parar el experimento bruscamente al comprobar que se les había ido de las manos.
En los últimos 4 meses he perdido 11 kilos, me coloco a un par de ellos de mi peso ideal. Estaba tremendamente orgulloso de ello hasta que me he encontrado con un viejo conocido, ha perdido casi 60 en apenas un año (el tiempo que hace que no nos vemos), también cerca de quedarse en el peso ideal. Después de darnos un abrazo y comentar, yo con más respeto, los cambios en cada uno, me comentó que poco tiempo después de vernos por última vez se declaró a una chica de la que llevaba enganchado un tiempo... ella le rechazó e hizo un comentario sobre su peso. Tanta fue su humillación que decidió cambiar. Nada de milagros, sólo trabajo duro, fuerza de voluntad 24 horas al día, 7 días a la semana.
Todos podemos cambiar radicalmente, todo es entrenable. Si una persona normal se puede convertir en un torturador sin sentimientos en apenas 5 días, ¿que límites ponemos cómo excusa?. Sólo nos hace falta el aliciente adecuado, esa chispa que encienda el motor.
Humillar a alguien por su peso, eso es poder (en el mal sentido de la palabra).
No sé hasta qué punto es positivo poder cambiar radicalmente en poco tiempo. Posiblemente podría yo podría cambiar en mucho sentidos para ser más atractiva para la mayoría de la gente. Pero también es muy posible que con algunos de esos cambios solo lograra gustar menos a las personas que realmente me valen la pena...
Por otro lado, el objetivo debería ser cuidarse más y mejor, no adelgazar. Y ahora me pondría discutir yo sola sobre los gustos estéticos y el peso corporal, pero eso ya sería excesivo.
Un beso.
Y ánimo con lo que te propongas, sea lo que sea.
Hola Anarres! Gracias por animarte a comentar.
Ante ese juego de poder podemos defendernos... lo malo es que es muy dificil, y las simples palabras pueden hacer un daño horrible.
Sobre la perdida de peso, era solo el ejemplo perfecto de que podemos conseguir lo que nos propongamos si de verdad lo queremos. Que sólo hace falta una chispa. No suele haber más limites que nuestras excusas. Lo mio entra dentro de lo normal (comida más sana, horarios más adecuados, bajarme un par de paradas antes en el transporte público, no coger el coche para ir a sitios donde tardo 20 minutos andando...).
Lo de este chaval ha sido fuerza de voluntad pura y dura. Más allá de si lo ha hecho por él o por pura rabia, más allá de si le ha merecido la pena... lo cierto es que ha conseguido algo en lo que había fallado antes repetidas veces.
Tienes toda la razón en lo que dices, es peligroso obsesionarse con el peso (o con cualquier otra cosa), y hay que buscar los cambios que lleven al bienestar y no a la simple imagen (lo mismo, aplica para casi cualquier cosa). Pero cuando alguien derrota a uno de sus monstruos de debajo de la cama, y sin usar atajos o trucos, me tengo que quitar el sombrero ante esa persona :).
Un beso :)