Agosto 2010 Archives

Todo lo que somos

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Stronger than a mountain of steel
Faster than hell on wheels
We've got we've got all the power we need
Let's build a playground on this old battlefield

Doro Pesch - All we are


Hoy me he levantado extrañamente enfadado. No se por qué, pero me he levantado de mal humor... quienes me conocen bien, saben que mi mal humor suele consistir en estar más tranquilo de lo normal, muy callado y taciturno, reorganizandome por dentro. En Irlanda, cuando me tocaba imponer un poco de orden a los estudiantes, daba voces o golpes contra la puerta para hacerlos callar, y al contrario de lo que muchos pensaban, no estaba enfadado.... simplemente lo hacía para llamar la atención por lo que fuera (para darles alguna noticia o para mandarles a clase).

Generalmente, cuando algo me enfada, intento hacer lo posible para que deje de enfadarme, por mi propio bien (vivir amargado no suele ser sano), simplemente no me sale gritar a otra persona, o incluso insultarla o menospreciarla. Por ejemplo, cuando estuve trabajando con el servicio de deportes de la universidad, y me tocó hacerme cargo del punto de información de uno de los campus durante un gran evento, un tipo se me acercó a pedirme un imposible, le comenté las otras opciones y lo único que supo hacer fue insultarme y amenazarme... una de las personas que estaban conmigo quiso responderle de igual forma. Les pedí que se calmaran y me comuniqué con el walkie con seguridad y en menos de un minuto se acercó una pareja de la policía. Se acabó el problema, y el motivo del enfado. El susodicho se calmó de golpe y me preguntó de nuevo por las alternativas. ¿Haberme puesto a gritar yo tambien hubiera servido para algo? Obviamente me enfadé con ese tipo porque no sólo no escuchó las alternativas que le propuse desde un principio, si no que encima me insultó, pero como mi filosofía de vida consiste en ser basicamente feliz, no tiene sentido enfadarse cuando hay otras alternativas (si no las hay, pues no, pero habiéndolas).

El caso es que cuando me enfado siento durante un segundo que todo se nubla a mi alrededor, por dentro noto la ira extenderse como una balsa de aceite, una fria sensación de hartazgo me llena, y finalmente se hace el silencio. Esta mañana no, esta mañana notaba una ira destructiva. No se por qué, alguna razón debe haber, pero de momento no caigo en cual. El caso es que he ido a correr, para desahogarme, tras más de dos meses sin hacer deporte en serio.... me he cogido el mp4 con 1355 canciones, le he dado a aleatorio, y, casualmente, me ha salido "All we are" de Doro Pesch... canción intensa para correr.

Era pronto y el parque estaba vacío, he empezado con un trotecito con la intención de tomarmelo con calma, pero la música y el cuerpo me impulsaban a correr, hasta que pronto lo estaba haciendo con todas mi fuerzas por las pistas vacias, apenas sintiendo el suelo bajo mis pies, viendo borrosos los arboles a mi alrededor, con el sudor cegandome pero sin ganas de parar. Antes de que mis musculos fallasen, mi respiración me ha obligado a apoyarme en el tronco de un eucalipto, el pecho hinchándose y contrayéndose, intentando bombear más y más oxigeno, las piernas endurecidas, con los músculos latiendo. Sintiéndome un poco más libre. En el reproductor sonaba "No quiero ser un poeta" de Marea. Un par de minutos haciendo flexiones como no creía poder ser capaz tras tanta inactividad, quemando cansancio, quemando dudas, enfado y miedos, y de nuevo a correr hasta que los pulmones ardiesen. Ya sonaba "Harvest of Sorrow" de Blind Guardian para que pudiese recuperar la respiración.

No me ha llevado más de media hora, he gastado toda la energía que me sobraba, lo que me empuja a recordarme que en cuanto acaben los examenes debería ponerme de nuevo a hacer ejercicio rutinariamente. Y el enfado ya no estaba... mejor gastarlo uno mismo que dejar que te amargue o que lanzarlo a otros para amargarles a ellos.

Violencia

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"La violencia sólo engendra violencia" Anónimo

Reconozco que ando un poco desfasado, estoy recuperando horas de estudio como un animal, no me queda otra. El caso es que esta mañana he desayunado con dos noticias. En una de ellas se habla de una toma de rehenes en Filipinas, el secuestrador tenía una serie de exigencias en las que no me meto por no conocer a fondo el caso, pero lo que me ha sorprendido es que no era un perturbado con ganas de suicidarse (perturbado sí, pero sin ganas de morir), era un tipo que quería recuperar su trabajo, por tanto no le interesaba matar a nadie, por eso no he entendido porqué los cuerpos especiales filipinos han optado por entrar por la fuerza. Debe ser que no les ha llegado el manual para solucionar una toma de rehenes, donde la seguridad de estos tienen prioridad absoluta... al secuestrador hay que intentar darle lo que pide a cambio de los rehenes, ya se le parará después.

Y la otra noticia, muy relacionada, por cierto, es la de la liberación de los dos cooperantes españoles por parte de un grupo islamista. Estos han mandado un mensaje a Francia poniéndonos como ejemplo: dialogar sí, entrar por la fuerza no, en relación a una operación militar para salvar a un rehen francés secuestrado por una facción similar que acabó con la vida del rehén. Nos podrá parecer mejor o peor, pero por lo pronto nosotros tenemos a los nuestros vivos.... y eso ya vale puntos enteros. Cuando hay personas ajenas o inocentes, lo mejor es no desatar violencia, nunca sabemos hasta donde puede salpicar (por mucho que ahora salgan energúmenos diciendo que para que queremos fuerzas armadas).

Recuerdo una carga policial en Bélgica, había una pelea entre dos bandos de hoolygans, no recuerdo de que equipos, no más de una veintena de cada bando. Todo se produjo en una plaza con dos centenares de aficionados de ambos equipos que se limitaban a mirar, y los cuerpos de seguridad tuvieron las pocas luces de cargar con blindados disparando agua a presión a diestro y siniestro. De pelearse cuarenta entre si, se convirtió en medio millar de personas atacando a la policía. Empezó con un pequeño foco de violencia, nadie supo como frenarla y se desató de mala manera con decenas de heridos y detenidos.

Otro caso que al oírlo me produjo escalofríos, fue el relato del padre que me hospedó en Irlanda. Me contó lo que pasó en Derry, en un condado dominado por la administración inglesa, y que se cobró la vida de trece personas, un primo suyo entre ellas. Lo que empezó siendo una manifestación pacífica por los derechos civiles se torció por culpa de una unidad militar británica muy poco dada a solucionar el conflicto pacíficamente y una parte de los manifestantes, gente del IRA, que atacó sin pensar en la respuesta. Una piedra dio paso a un chorro de agua a presión, este tuvo como respuesta el lanzamiento de más piedras, los militares cargaron, algunos del IRA dispararon, y una unidad de paracaidistas disparó a matar a la masa de manifestantes, sin importar si eran los que habían disparado o no, a gente que huía o que trataba de ayudar a los heridos.

La violencia es un ente incontrolable, volátil, contagioso y enfermizo, enseguida se forma una espiral que se va tragando a todos los implicados. Y cuando uno cree que con contundencia va a acabar con el problema, sólo consigue empeorarlo. La violencia es lista, insaciable, sabe confundirse con la firmeza, y engaña a la gente. El ser humano es así, a veces parece que se deja confundir.

Se hizo una película sobre la matanza en Derry, y al final, el líder de la revolución por los derechos civiles manda un mensaje al gobierno británico.

Esta tarde veintisiete personas han recibido disparos en esta ciudad. Trece de ellas han muerto. Eran inocentes, estábamos allí. Esta es nuestra Sharpeville, nuestra matanza de Amristar. Un momento de verdad y un momento de vergüenza. Solo quiero decirle esto al gobierno británico, ¿sabéis que habéis hecho? Destruir el movimiento por los derechos civiles, y le habéis dado al IRA la mayor victoria de toda su historia. Esta noche, en toda la ciudad, hay jóvenes, críos, ingresando en el IRA, vais a cosechar una tempestad.

Bloody Sunday de Paul Greengrass

Horas

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"El más libre de todos los hombres es aquel que puede ser libre dentro de la esclavitud." François Fénelon

He pasado unos días con los amigos. Cuatro días en casa de uno de ellos, cada uno con su consola de videojuegos.

Cuando lo escuché la primera vez pensé en lo frikie que era meterse en una casa a jugar entre todos durante horas, pero como he aprendido que juzgar sin conocer no sólo está mal si no que es profundamente estúpido, me animé a probarlo. Y la verdad es que engancha, a poco que te gusten los videojuegos, y no precisamente por el componente meramente lúdico. Cierto es que suelo quedar el último en los juegos de coches, apenas me defiendo en los partidos de fútbol y en los juegos de tiros, y, si acaso, destaco en los juegos de estrategia. Me falta práctica, pero es lo de menos.

Lo curioso es que detrás de esta apariencia frikie, se esconde una realidad insalvable, necesitamos romper unos días con unas vidas que a lo mejor no se ajustan a todo lo que nos gustaría vivir. ¿Qué puede unir a un psicólogo, a un montador aeronáutico, a un estudiante de psicología, a un diseñador y a dos estudiantes de ingeniería? ¿Qué puede cohesionar a media docena de personas (a veces hasta 8 o 10) de entre 23 y 38 años? Las quedadas básicamente están planteadas para que dejemos el reloj y el móvil en el bolsillo más alejado de las mochilas y vivamos con una única norma: Que no se estropee el buen ambiente. Se come cuando hay hambre, se cocina si apetece y si no a sándwiches, se descansa cuando a uno le venga en gana, y si apetece echarse un cigarro y un café en la terraza, pues se hace. Si apetece decir chorradas y lanzarnos pullitas, bien, si apetece hablar de cosas más serias o que nos afectan mucho, también.

La idea de algún tipo de anarquía transitoria tiene su atractivo para los que vivimos pegados a un reloj, pendientes de no llegar tarde a trabajar, de comer con el tiempo justo para llegar a las clases de por la tarde, de no olvidar la bolsa de deporte para pasarte por el gimnasio, de preparar el despertador cada noche para no quedarse dormido. Después de sentir la pesada (aunque a veces reconfortante) lacra de la rutina de férrea puntualidad durante meses, el tener un descanso de todas las obligaciones es, más que un lujo, una necesidad.

No dejamos de ser esclavos del reloj, pero al menos encontramos momentos para pararlos y que sea la libertad quien da las horas.

Dudas...

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"A menudo, quienes vacilan en hacer planes es porque dudan también en su capacidad de cumplir." Michael Levine

No sé qué hago hoy aquí... no he salido por estudiar, y estoy remoloneando por el blog. Me ha costado decidirme a abrir el editor de texto, mi conciencia clamaba en mi contra, en un par de semanas empiezo lo que espero sea la última tanda de exámenes, y contando que ahora me voy tres o cuatro días con los amigos, no puedo perder ni un minuto.

Pero las cosas no salen siempre como queremos. Llevo dos días con el móvil apagado, lo he encendido media horita para ponerme al día con los mensajes y ver si había algún recado importante, y justo me ha llamado un compañero al que perdí de pista hace 8 o 9 meses.

Ambos comentamos la idea de irnos al extranjero de voluntarios a algún proyecto social donde hicieran falta ingenieros, para quitarnos la espinita y de paso coger algo de experiencia, cada uno en su campo (no debería ser difícil encontrar alguna asociación que buscase instalaciones potabilizadoras de agua o generadores eléctricos). De eso hace un par de años, antes de que encontrara mi primer trabajo en el polideportivo para ganar algo, y mucho antes de que me metiese a investigación. Él, más aplicado que un servidor y dedicado al 100%, acabó el año pasado y fue a Santo Domingo, a las pocas semanas del terremoto de Haití... me comenta que mandó a la mierda el título, que allí hacen falta más manos que cabezas pensantes.

Y llevo unas horas con el run run en la cabeza, necesito soltarlo para poder ponerme a estudiar. A ver, por un lado me muero de ganas por hacer algo de ese estilo, ayudar a otros, aplacar mi conciencia, vivir una experiencia nueva (de varios meses)... sentirse realmente útil y no simplemente el engranaje de una enorme maquinaria.

Por otro lado, tengo miedo, mucho. Ya no a lo que pueda pasarme físicamente, si no a que no sea capaz de aguantarlo, porque hasta ahora lo máximo que me he ido han sido estancias de un mes a Irlanda a trabajar, pero intuyo que no deben parecerse mucho los ambientes. ¿Y qué me espera al volver? Ahora tengo trabajo para lo que queda de año y el siguiente, hasta he tenido que rechazar otra oferta. Después de dudar si renovar o no, ahora mismo tengo un futuro más o menos estable y cómodo, con un sueldo modesto tirando a triste de becario pero haciendo algo que me gusta.

Así que en un lado de la balanza tengo algo que siempre he querido hacer, una aventura que puede marcarme para bien o para mal, algo interesante y diferente, y, muy importante, útil para gente que lo necesita. En el otro lado de la balanza tengo comodidad, seguridad y estabilidad, un ambiente conocido y una puerta recién abierta muy tentadora hacia un futuro profesional distinto al que he pensado siempre.

Y hoy por hoy, pesan lo mismo... pero al menos me he quitado un peso de encima al escribirlo... en fin, me vuelvo al "apasionante" mundo de las centrales eléctricas.

"El miedo es sólo miedo"

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"El miedo es sólo miedo" Ex-oficial del ejercito de República de la India

Hace un mes o dos, por casualidad, vi un programa de televisión sobre el tráfico de niñas y adolescentes en la India. Generalmente chicas compradas por 25 o 50 dolares en la frontera, o en las zonas más rurales y llevadas a grandes capitales donde son obligadas a prostituirse, maltratadas psicologicamente por la madame y físicamente por los clientes. Uno de los entrevistados comentaban la incongruencia del sistema de valores, "existen cuatro castas, legalmente abolidas, pero se siguen llevando socialmente. Para una persona de una casta superior es deshonroso comer con una de casta inferior, ¡pero en absoluto se privan de usar sus servicios sexuales! Es absurdo".

La mayor parte son niñas o adolescentes de entre 12 y 15 años que son, o bien secuestradas, o bien vendidas por la propia familia, ya que si han sido violadas con anterioridad, prefieren que se prostituya a que viva con ellos. Es increíble como un país que produce a una gran masa de brillantes ingenieros (con los que los ingenieros europeos tenemos que competir directamente en muchas profesiones) es incapaz de erradicar la miseria, no me creo que sea por falta de ingenio o ideas.

Este ex militar, actual director de una ONG dedicada a salvar a adolescentes, comentaba que muy poca gente dedicaba esfuerzos y dinero en sacarlas de esa vida. Incluso comentaba que le habían amenazado, pero que había sido soldado y el miedo no deja de ser miedo. "Si nos dejamos llevar por ese miedo, ¿íbamos a poder hacer algo? Todo se paralizaría". El negocio mueve mucho dinero, a 35 o 40 clientes cada fin de semana con decenas de chicas por burdel... suficiente para comprar a la policía. Ellos mismos tienen que buscar y grabar pruebas, jugarse la vida por ello, para luego, una vez que tienen todos los datos, ir a la policía. Tienen que hacerlo así, para no darles la excusa de que no encontraron nada, incluso van con ellos a las redadas.

Digamos que cuando vi el documental me mordí el labio y me dieron ganas de explotar. Pero luego, pensando más detenidamente, me di cuenta de que hay gente que en vez de explotar aprietan los dientes, se remangan y se meten de lleno en la mierda para empezar a ayudar a otros a salir. Bueno, lo reconozco, ha sido un ZAS en toda la boca darme cuenta de lo poco brillante que soy a veces.

Libertad

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You can do what you want
The opportunities is on
And if you can find a new way
You can do it today
You can make it all true

Cat Stevens


Mi segundo escrito en el mundo de los blogs hablaba de los caminos, de lo jodido que era tener un largo camino que da vueltas y parece no acabar. Muchas filosofías y religiones dicen que esos caminos son los mejores, los más difíciles llevan a mejores lugares, cuanto más esfuerzo nos cueste caminar, mejor, más satisfactorio será llegar, incluso hay quien afirma que cuanto menos conozcamos del camino, aún mejor. Mi pregunta es, ¿por qué? Una cosa no lleva necesariamente a la otra, ¿no? ¿quien decide cual es el camino más largo y dificultoso? ¿quien decide que camino es cortito con un final poco digno? ¿Confío ciegamente en que algo o alguien me acabe indicando que es lo que debo hacer?

No es que esté en contra de las cosas bien hechas, y soy consciente de que casi todo se podría conseguir si nos ponemos a ello, pero ¿por qué todo lo "bien hecho" tiene que ser lo que dicte una corriente de pensamiento? ¿Por que siempre se entiende esta idea desde el punto de vista productivo? Por mucho que nos hunda en la miseria, las cosas no sólo dependen de nosotros, el factor aleatorio está ahí... nuestras acciones pueden hacer que sea menor o mayor, pero no desaparece, ni deja de ser algo definitorio. No todo depende de nuestro trabajo duro. Habrá veces que dejándote la piel no te salga nada, y otras que sin esfuerzo consigas lo que quieres (y, si realmente lo quieres, no por ello te va a saber peor).

Siempre me he aferrado a esto del camino duro, a no parar de andar, a no flaquear, y la verdad es que empiezo a cuestionarme todo un poco. ¿No se supone que un camino hay que andarlo? ¿Entonces porque parece que nos encadenamos a una opción? Decían el otro día en la serie de Me llamo Earl que lo bueno de tener un camino es que si te sales y te pierdes, siempre puedes volver a ese camino, que va a estar ahí esperándote.

Me sentí aliviado, porque llevo unos días que me muero de ganas por hacer ciertas cosas y como soy medio gilipollas y el miedo me puede, lo que hago es fantasear como un colegial en lugar de dar un golpe en la mesa y atreverme a hacer lo que me apetece sin pensar mucho y sin sentir la culpabilidad de traicionar al camino... y repetimos lo de camino como si de un mantra se tratase, sin pensar mucho en lo que significa.

Desde fuera puede parecer una rabieta adolescente que me ha dado con 25 años, o aires hippies con 4 décadas de retraso, pero es que es difícil de explicar con palabras, es algo que noto bullir dentro (y que en las últimas 24 horas empieza a parecerse a una tortura). Me cuesta explicarlo y siento que sólo escribo un barullo de ideas. Hay cárceles con paredes de cristal y con cadenas de oro, que no dejan de tenernos encerrados y encadenados... Si todo esta parafernalia de los caminos fuera cierta, ¿por qué veo a mi alrededor gente convencida de seguir su duro camino y son profundamente infelices? ¿y por qué hay gente que tomando el camino fácil son tan felices?

Hoy necesito ser un poco más libre de mi mismo.

Violencia y estupidez

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El hombre: un milímetro por encima del mono cuando no un centímetro por debajo del cerdo. Pío Baroja

Voy a empezar el post con una frase que últimamente repito mucho: "El ser humano es profundamente estúpido". Últimamente me doy cuenta de que la gente hace cosas malas más por estupidez que por pura maldad.

Muy, muy poquitas personas pueden alardear de librarse de esta lacra (como las meigas, haberlas haylas). Yo, por supuesto, no. Al menos me queda el consuelo moral de ser tonto y no malo. Viene en nuestros genes, no podemos evitarlo, queremos creer que estamos por encima de los animales, que somos seres superiores, y lo único que tenemos de superior es la conciencia de autoexistencia, que nos ha hecho juntarnos en manadas inmensamente grandes que colaboran entre ellas.

Grandes ciudades, inmensas carreteras, poderosas maquinas... pero en el fondo, todo surge de la colaboración por necesidad biológica (igual que los monos o los leones), sólo que al ser nuestra raza especialmente cruel, con individuos especialmente descontrolados, la necesidad de crear grandes manadas es evidente... Visto de otro modo, si no nos uniéramos en grandes grupos, nos uniríamos en pequeños grupos (tribus), y estos pequeños grupos, incapaces de controlar a los más sádicos y violentos de entre los suyos, les tiene que dar salida a base de batallas que van esquilmando a todas las pequeñas tribus y haciéndolas muy vulnerables frente a un entorno duro. Si nos aliamos todos con el entorno, que los violentos nos molesten es mejor que dejar que acabemos unos con otros, un pequeño precio.

Hoy estaba viendo un documental sobre hooligans, y en casi todos los equipos, de varias nacionalidades, surgia la misma frase: "Nosotros queremos pelea, lo buscamos", unos decían que era mejor que el sexo, otros que sus estancias en la cárcel sólo era tiempo para prepararse para nuevas peleas, otros que planeaban los asaltos al equipo rival. Al final el futbol daba igual, iban a darse de palos sin importar el resultado. Pasaba de padres a hijos como una tradición, y muy pocos, independientemente de la edad, la posición social o la nacionalidad, decían que se arrepentían.

Igual que la persona que maltrata a su pareja, o a sus hijos, o a gente desconocida. El delincuente que para robarte un móvil te da una paliza. El conductor que se mete peligrosamente en tu trayectoria y al que si dices algo sale con ganas de bronca. El ser humano tiende a sacar esa vena violenta, y algunos viven de ello (o con ello) tranquilamente.

Este documental me ha hecho recordar una noche en Irlanda, cuando un equipo festejaba su victoria con los aficionados, 100 tipos dando berridos y voces en el pub (incluso yo me animé después de la decima pinta). Cuando salí a hablar por el móvil vi, un par de calles más abajo, una veintena de aficionados del equipo contrario recogiendo piedras y ladrillos, arrancando señales de tráfico y esas cosas que hacen las masas enfervorecidas dispuestas a enzarzarse. Me metí dentro, avisé a las dos chicas con las que me tomaba las cervezas e intentamos evaporarnos de allí. Justo cuando doblábamos la esquina, se me acercó uno de estos tipos con las manos cargadas de piedras, me sonrió, me llamó por mi nombre (lo conocido que puede llegar a ser uno cuando se encarga de evitar peleas entre irlandeses y españoles) y me recomendó quedarme para meterme en una buena pelea.

No pasaron 10 segundos cuando se abrió la puerta del pub de par en par y salieron los ganadores, las piedras llovieron sobre ellos, y ellos respondieron con las mismas piedras que les golpeaban. Nos metimos en el portal de una urbanización donde un tipo, acostumbrado a esto, nos dejó quedarnos amablemente hasta que llegaron los coches de la policía y se despejó la zona. Varios heridos, algunos detenidos y dos grupos contentos por haberse peleado, eufóricos, unos por atacar y otros por contraatacar. Lo malo es que a ratos, de vez en cuando, puedo llegar a entenderlo, en alguna pelea en la que me he visto envuelto, a pesar de haberme llevado algún golpe, no sentí nada hasta bastante tiempo después. Adrenalina en estado puro.

Con todos los problemas que hay que resolver, el ser humano malgasta su energía, o bien en darse de palos y alegrarse por ello, o bien en ignorarlo y sentirse superiores porque son otros los que se dan de palos. ¿Somos o no somos un poco estúpidos?

Desdibujados

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"El sol brilla en todas partes, pero algunos no ven más que sus sombras." Arthur Helps

Ya no se si es por instinto de supervivencia, por conveniencia social o por que el ser humano es profundamente estúpido, pero lo cierto es que llevo un par de días dándole vueltas al tema de poner etiquetas a las personas.

No niego que a veces acertamos, pero el peligro reside en que la etiqueta impuesta suele ser para todos los aspectos de la persona en cuestión, y durante mucho tiempo. Dicho de otra forma, por un defecto de una persona, será juzgada en su conjunto y durante mucho más tiempo del que dure el defecto.

Me explico, entre mi casa y la universidad hay un paseo de 5 minutos, cuando iba como estudiante, con horario irregular, no me fije en un grupo de personas en el que ahora, con horario fijo en la oficina, sí me he fijado. Suelen llegar a determinada plaza justo cuando yo pasó por allí, y cuando salgo a la hora de comer, les veo en el mismo lugar, pero ya ni tan sobrios, ni tan conversadores...

Son un grupo de una docena de drogodependientes que revolotean cerca del comedor social y que dan ciertos problemas puntuales en los comercios de alrededor, algún robo ocasional, una pelea.... tampoco mucho como para que la gente se alarme demasido, pero lo suficiente para que sean conocidos.

El viernes caminaba hacia el cajero automático cuando vi a uno de estos gritar a una niña de 10 o 12. Me frené un poco para escuchar para ver que pasaba, por si acaso la estaba atracando o algo. Y como hablaba a voces, tampoco es que hubiera que prestar mucha atención. "Te he dicho mil veces que no te quedes viendo toda la tarde los dibujos animados, que te vas a quedar tonta. Sal con las amigas a la calle un rato por lo menos".

Un vecino de la calle de toda la vida, amigo de mis padres, se paró a mi lado y me comentó lo curioso que le parecía que con los padres que tiene (ambos con antecedentes y con problemas con las drogas), la niña estuviese tan limpia, fuese tan educada y, además, tan responsable.

Resulta que la madre dejó las drogas y la vida en la calle cuando tuvo a la niña, para cuidarla en condiciones, se buscó un trabajo y un piso. No sólo eso, si no que siempre que podía se escapaba con el grupo este para intentar que su novio también se reformase, y ahora él trabaja donde puede, por duro que sea, está desintoxicándose y, aunque para con la misma gente y su apariencia no ha cambiado demasiado, pasa mucho más tiempo con la hija.

Mientras hablaba con el vecino de las vacaciones, apareció un coche de la policía con las luces y se paró a su lado, debe ser que no soy el único que pensó mal. Me pregunto si alguien hubiera llamado a la policía si en lugar del hombre este, al que la etiqueta le pesa mucho y al que intuyo le pesará durante mucho tiempo sin importar lo reformado que esté, hubiera estado una persona normal diciendo lo mismo a la niña.

Lo curioso es que no aprendemos... cuando tenía 16 años me pasó lo mismo por demostrar lo heavy que era e ir de negro con camisetas de grupos, y ahora, cada vez que alguien ve esta foto de abajo, me comenta que no se imaginaba que yo fuese tan violento... da igual explicar que es un juego donde he visto menos violencia que en el fútbol y con muchisimas menos lesiones, que simplemente es un juego al aire libre con mucho nivel físico y táctico que puede llegar a ser espectacular (suelo tener la necesidad de justificarme, como si no supiesen que soy un tipo pacífico, muy crítico con la violencia real), algo que hace las delicias de los frikies y de los estresados...

Pistola_efectos_distorsionado.jpg

Con cada etiqueta, por acertada que sea en ciertos aspectos del pasado, o simplemente cuando se basa en puras especulaciones, nos va emborronando completamente. Nadie está a salvo. Seguimos siendo los mismos, pero desde fuera nos ven irrealmente desdibujados. Una pena.

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