Un dolor familiar te recorre el cuerpo, algo se mueve bajo las mantas de la cosciencia. Nada más empezar ya acuden sensaciones olvidadas.
El olor cálido y suave te inunda las fosas nasales, despertando viejos recuerdos, de lugares lejanos, de personas lejanas, de tiempos distintos.
El sudor humedece la ropa, nubla la vista, deshace los miedos. Los nudos de la vida se simplifican en una sola linea recta.
Un estremecimiento despierta en la espalda cuando notas la calidez de la respiración susurrando al oido.
Notas los musculos moverse bajo la piel, piel febril que arde.
"tan solo quería el galope que borre la cara y los nombres"
Mil demonios te golpean desde dentro, para que les dejes salir, para que les dejes respirar y hacer.
"que deje al rastrojo crecer"
Ahogando todo lo que no sea la voluntad de ir un paso más lejos, de dejar que el dolor te domine durante un segundo, segundo eterno que corta las cadenas de la realidad.
Y el anhelo grita donde antes susurraba, y las barreras de cristal se transforman en muros de hormigón.
"y tal vez recoger la mas pura esencia a racimos"