"Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una." Voltaire
(tiempo de lectura medio estimado: 1 min y 10 segs)
Unas finas volutas surgen de la taza humeante de chocolate, vestigio de unos intentos de postre, que acabo de prepararme. Mordisqueo nervioso un bolígrafo. En la pantalla una serie de nombres, números y dibujos me distraen. Inspiro profundamente, mantengo el aire unos segundos y exhalo lentamente...
El ordenador me hace cosas raras desde hace meses, un virus que abre páginas aleatorias (y que sospecho es el que hizo que estuviera inútil un par de semanas), he intentado solucionarlo varias veces sin éxito, y hoy me he propuesto luchar contra él hasta que lo consiga o caiga dormido. Tengo un cuaderno con varias notas a mi lado, el Spotify con varias horas de música seleccionada, y un par de webs donde dan algunos trucos.
Me encanta. Ya me pasaba en la universidad o en el trabajo, cuando tenía una compleja práctica o un largo informe... compraba comida que me gustase y me encerraba horas y horas, o días, trabajando a destajo, sólo descansando para hacer algo de ejercicio (y/o tirarme en la cama un rato a dormir), una de las veces, aprovechando que mis padres estaban de vacaciones, dediqué 78 horas de trabajo en 4 días a un proyecto que tenía pendiente (cronometradito y todo). Me gusta tirar de épica cuando la presión muerde los tobillos.
Dicen que una manera fácil de lograr la felicidad (todo lo fácil que puede ser, ¡claro!) es fomentar nuestros puntos fuertes, cuando hacemos aquello que se nos da bien, para lo que parece que estemos hechos. Todos los tenemos, algo con lo que nos sentimos cómodos. Con lo que parece que se rompen los relojes y el tiempo deja de funcionar. Sólo hay que encontrarlo.
Link de la imagen (créditos en 9gag): http://9gag.com/gag/5788863
Adelante, escribe