"Carpe diem, quam minimum credula postero" ("Aprovecha el día de hoy y fíate lo menos posible del mañana"). Quinto Horacio Flaco
(tiempo de lectura medio estimado: 50 seg)
Ayer me preguntaron, con nerviosa expectación, ¿Y ahora? ¿Qué vas a hacer? ¿Cual será tu futuro?. Hoy me han dicho que pienso demasiado en lo que está por venir. Y yo sólo se que estoy poniendo piezas de ajedrez en el tablero. Ni se lo que me depara el futuro, ni, en realidad, tengo miedo de él... me preocupa más no vivir el presente.
Tengo una conocida japonesa que hace un tiempo me preparó un té con el ritual tradicional que le había enseñado su madre, y a ella su abuela. En total silencio, sabiendo que observaba atentamente, se movía con fluidez en torno al fogón. Media hora más tarde me lo bebí casi reverencialmente... el té era normal, la sensación al tomarlo, no. Incluso en una azotea de Madrid, donde hacer el camino previo de purificación típico de los jardines japoneses es imposible, sentí la paz más absoluta con cada sorbo.
Intentó transmitirme el valor de cuidar cada movimiento, cada momento, siendo más importante el camino que la propia meta. Encontrando la satisfacción sublime en algo tan aparentemente cotidiano como calentar el agua o deslizar un pincel sobre el papel.
Yo estoy en mitad de mi propio ritual... La partida empezará cuando tenga que empezar, no antes.
Adelante, escribe