"Vivir sus deseos, agotarlos en la vida, es el destino de toda existencia". Henry Miller
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Me han invitado en Septiembre a una expedición de aventura de 2 días. Cómo dudo que yendo al gimnasio un ratito para desahogarme me prepare para dos rutas de 30 km en terreno agreste, he decidido ponerme más en forma. Me hace falta perder algunos de los kilos acumulados durante estos meses de ausencia de un ejercicio de verdad.
Por las mañanas corro en mi parque favorito, mi santuario, donde inicié mi vida como bloguero hace ya 10 años. Voy con camiseta en la mano, para disfrutar de la brisa matutina e intentar estar un poco menos blanquito, y la extiendo en el suelo en cuanto encuentro un lugar adecuado para hacer algunas abdominales (puramente testimoniales de momento).
Esta mañana he dejado cuidadosamente doblado a un ladito el brazalete donde llevo las llaves y el móvil. Al acabar, e ir a recogerlo, me he encontrado un simpático amiguito mirándome desde encima de mis pertenencias. Un escarabajo enorme, como media pelota de ping pong negra brillante con un cuerno en el centro.
Es la primera vez que veo uno tan grande. Y tan ágil. Al coger el móvil se ha asustado y ha desaparecido entre hierbajos y terruños de tierra, sin darme tiempo a sacar la foto. Eso sí, me lo ha dejado a huevo para hacer la foto de este post, que me parece aún más espectacular. ¿Será posible que todo pase por algo?
Adelante, escribe