Octubre 2012 Archives

"Lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos." Martin Luther King

(tiempo de lectura medio estimado: 1 min)

Bajaba del tren y enfilaba la escalera que baja hasta el vestíbulo de la estación cuando, todavía a medias, he sido consciente de la tensión, casi masticable, que había. Gritos, golpes, carreras. He acelerado el paso para ver que pasaba y he visto a un chaval pegando a un tipo tirado en el suelo. Dos chicas intentaban ponerse en medio y gritaban que lo dejase.

Me he dado prisa en meter el billete para salir y poder ayudar. A todo esto, medio centenar de personas hacían corrillo y comentaban impasibles, algunos sacaban fotos. Han salido otros viajeros de mi mismo tren, y dos de ellos tambien han saltado para separarles. Con la adrenalina bombeando me he llevado un codazo en las costillas que ahora muestra un feo moratón. No soy consciente de si ha sido el hombre en el suelo que se revolvía, o el agresor que estaba descargando una lluvia de puñetazos y patadas.

El hombre se ha levantado renqueante, casi juraría que es la misma persona que ayer me pedía apagadamente una moneda, un tipo de unos 50 años, con la ropa ahora rasgada por varios sitios, con varios cortes en la cara y en las manos que sangraban profusamente. Desorientado. Todavía tambaleante se ha apoyado en la pared justo en el momento en el que aparecían dos guardas de seguridad.

Hoy me llevo un moratón a casa, pero al menos no la sensación de simplemente haberme quedado mirando o echando fotografías... aunque ahora mi post quede mucho más soso. ¡Prioridades!

"A más de uno que dice que la vida es breve le parece el día demasiado largo." Friedrich Hebbel

(Tiempo de lectura medio estimado: 1 min y 15 segs)

Y, por una vez, la inmovilidad no va a salir mal parada en mi blog.

He hablado con bomberos, con cooperantes en países de conflicto, con amantes de los deportes extremos... con gente que se lanza a la aventura de cabeza, bien por trabajo, por conciencia o por ocio. Una gran parte de ellos, después de muchas conversaciones, acaban por llegar casi de pasada a la misma conclusión, lo mejor de irse es que en algún momento podrán volver a su refugio. Ya sea un lugar, una persona, un grupo de personas, o un estado de animo en uno mismo.

El viernes sentí algo parecido. Vinieron los monitores irlandeses con los que he compartido muchísimas horas de trabajo, muchas noches de copa en copa y muchas experiencias de lo más evocadoras. Eligieron un pub irlandés con música en directo, donde buena parte de la clientela era irlandesa (y donde se podían captar conversaciones en ese Inglés tan peculiar). Fuera llovía. Lo que ayudó mucho a que, por momentos, me sintiera como si nada hubiera cambiado en estos años, a sentirme desubicado sin poder decir, sin pensar, en que país estaba.

Las bromas con ellos eran las mismas, los comentarios idénticos. Ya hace varios veranos que dejé de ir como monitor, pero tuve la extraña sensación de que nada había cambiado en estos últimos 6 o 7 años desde que nos conocimos. Curioso, reconfortante. Cómo llegar después de muchos años a un lugar de la niñez, y ver que nada ha cambiado. Sentirte, repentinamente, en un refugio seguro, en uno que no aguarda más sorpresas, ni más cambios, que los que tú traes. Poder descansar, sin miedo a perderlo, porque no te pertenece, porque eres tú quien le perteneces.

"Lo único capaz de consolar a un hombre por las estupideces que hace, es el orgullo que le proporciona hacerlas." Oscar Wilde

(tiempo de lectura medio: 2 minutos)

Miro a mi alrededor buscando a una cara conocida que todavía no está. "Bueno, he llegado primero". Me siento en una mesa, pido una caña y saco el móvil para echar un ojo a la hora. Todavía estoy guardándolo cuando 3 tipos robustos, altos con ropa ajustada entran en el bar. Uno de ellos me mira, me hace un gesto con la mano. Nos fundimos en un abrazo de viejos amigos. Sus dos acompañantes sonríen y se presentan. Nos sentamos los 4 y empezamos la charla con cervezas y ración de bravas.

Mi amigo es un antiguo lector silencioso del blog con el que he tomado muchas cañas al que llevaba sin ver más de un año. Es policía nacional, un tipo honrado, de los que entran por vocación. Sus dos acompañantes son miembros de los grupos UIP, vamos, "antidisturbios". La verdad es que son tipos majos, hacen bromas, se muestran comprensivos ante mi situación nada envidiable e intentan animarme, así que rápidamente pierdo el corte inicial y me animo a preguntar... ¿por qué coño se emplean tan a fondo en las manifestaciones? Si es que parecen que hasta disfrutan.

Se ponen serios y me dicen que ellos también sufren recortes, que son muñecos en manos de políticos (de unos, de otros...), pero que tienen claro que pase lo que pase tienen que cumplir su deber. "Si nosotros fallamos, la siguiente linea de protección del Estado son los militares y nadie, ni nosotros [entiendo que habla de la ciudadanía civil en general] ni ellos, quiere eso".

No me convence, después de todo, una cosa es hacer tu trabajo, y otra propasarse. Salvando distancias enormes, yo he sido monitor con adolescentes y a veces he tenido que emplear mi físico y recurrir a mi autoridad para imponer el orden en peleas y agresiones. Algún moratón me he llevado de recuerdo, pero en todo momento era consciente de que no debía pasarme. Entonces es cuando me dan la explicación que buscaba... "Cuando nos ponemos el casco, y nos están lanzando cosas... no vemos. Cargamos. Disolvemos lo que sea que haya delante".

Es una declaración que no termina de sorprenderme... he escuchado y leído en foros y blogs declaraciones parecidas de otros antidisturbios. Ahora, ¿hasta que punto justifica eso alguna de sus nefastas actuaciones? ¿Por qué algunos de sus compañeros se empeñan en apartar a periodistas? ¿En que punto la responsabilidad del político se diluye y empieza su responsabilidad personal? ¿Hasta donde llega la obediencia debida? ¿Por qué la necesidad de ocultar su número de identificación? ¿Por que parecen perder todo tipo de empatía? ¿Cuando nace esa prepotencia que muestran con las viseras bajadas y la porra en la mano?

Personalmente, me hierve la sangre cuando veo vídeos como estos. Se lo hice saber a mis acompañantes. Se encogieron de hombros y me dijeron que no podían explicarlo, que lo único que podían hacer era invitarme a presentarme a las pruebas y ponerme en su lugar. Que entonces tendría mis respuestas.

Me desearon suerte.

"Si pudiéramos saber primero en donde estamos y a donde nos dirigimos, podríamos juzgar mejor que hacer y como hacerlo." Abraham Lincoln

(tiempo de lectura medio estimado: 40 segs)

¡Tadá! vuelvo... tras la mayor ausencia en 8 años... y para quedarme.

He tardado semanas en arreglar mi ordenador (con las practicas industriales actuales, 5 años en un ordenador es casi un anciano), uno debe ingeniarselas mucho para solucionar ciertos problemas con recursos limitados. La necesidad agudiza el ingenio.Y mi engenio, un tanto embotado, necesitaba agudizarse mucho.

Tambien es cierto que he estado sumido en una especie de confortable calidez, en un refugio inesperado, en un dejarme llevar por la comodidad, al que me he aferrado para suplir mi carencia de blog y mi carencia de ejercicio físico, porque sí, a parte de quedarme en paro sin derecho a subsidio (vivan los becarios), a parte de quedarme sin ordenador (y blog), me hice un tonto y doloroso esguince de rodilla que todavía me dura... pero "chan chán, se acabó el tango, viejo".

Y aquí estoy, con la sensación extraña de estar ante un libro muy gastado del uso pero extrañamente nuevo y desconocido.