Noviembre 2011 Archives

"La imaginación es la voz del atrevimiento." Henry Miller

(tiempo de lectura medio estimado: 1 min y 45 segs)

Hoy toca otra receta, gelatina de Mojito (en plan gominolas caseras para adultos o copas para tomar con cuchara). La receta y las fotos van a ser "copa para tomar con cuchara sobre un plato" (toma ya lo original que soy con los nombres).

Dado que la canela no siempre logra su cometido, ¡probemos con el alcohol!. En serio, el otro día me dieron a probar unas gominolas de Gin Tonic y de whisky, y estaban bastante buenas. Por lo visto surgió la moda hace un par de años, al menos me cuentan que por EEUU, y la verdad es que tiene su gracia. Pero vamos a darle una vuelta más y hacer copas con dos colores, que se note que los españoles somos más creativos en esto del comer y el beber.

La idea es bastante simple, sólo hay que añadir algunas láminas de gelatina neutra a la receta del Mojito. Recuerdo: un vaso de ron, una lata de sprite, un poco de zumo de limón (mejor lima, pero es dificil de encontrar), hierbabuena y azúcar moreno. He usado gelatina neutra en láminas (marca Hacendado... ya sabéis donde compro), 6 láminas valen para medio litro de líquido, así que calculad en función de si os gusta más o menos fuerte para rebajar el ron con agua. Cómo es mi primer intento, y no quería que mi invitada pensase mal, lo he rebajado un poco. Bueno, al ser de dos colores, se hacen 2 gelatinas, vamos allá.

Primera gelatina (refresco): Lo primero es poner en remojo 4 láminas de gelatina neutra (ojo, que no tenga sabor), con 5 minutos vale para que se hidraten. Mientras tanto, ponemos al fuego el contenido de una lata de sprite, el zumo de un limón y un poco de azúcar (no mucho que el dulzor mata los sabores)... no podemos dejar que hierva, así que estamos atentos. Removemos para disolver el azúcar y quitar el gas del refresco, y cuando la gelatina neutra haya cumplido su castigo en remojo, lo añadimos a la mezcla y la disolvemos. En este punto, para darle un toque vistoso, piqué muy muy finito una hoja de hierbabuena, y se la eché a la mezcla caliente. Lo retiramos del fuego y vertemos en un molde hasta la mitad. Metemos en la nevera, dejadlo una horita para que cuaje un poco.

Segunda gelatina (ron): Un proceso muy muy similar... gelatina neutra en remojo, ponemos agua a calentar (en lugar del sprite del paso anterior), le damos un tiempecito para que caliente y echamos la gelatina ya hidratada. Removemos para disolver, retiramos del fuego antes de que hierva y echamos un vaso de ron (si ponemos el ron al principio, se evapora el alcohol y pierde parte de gracia). La idea es echar esta mezcla en los moldes que teníamos en la nevera y que ya estaban a medias. Al desmoldar boca abajo podamos ver las 2 capas, la dorada del ron quedará en la base.

Cuando cuaje del todo, tachán, nuestro Mojito para comer con cuchara. Podéis ir probando con la cantidad de ron, con el azúcar... encontrad vuestro punto. Para presentarlo: justo antes de servir desmoldamos (pasando un cuchillo afilado por el borde del molde) y queda como un flan, espolvoreamos con un poquito de azúcar moreno y añadimos algo como una hojita de hierbabuena justo encima o una rodaja de limón. La chica que lo ha probado dijo que estaba bueno, pero es demasiado encantadora como para ser cruel conmigo.

"La vida no es significado; la vida es deseo." Charles Chaplin

(tiempo de lectura medio: 1 min y 15 seg)

Otro sueño bastante vívido, este para mayores de 18... si todos fueran así, intentaría dormir el doble.

Tus ojos apenas se cruzan con los míos. Los busco desesperado, intentando leerte, cruzar la puerta que me permita saber. No lo consigo, un extraño miedo se apodera de mi pecho. A mi alrededor todo queda a oscuras. No veo tu rostro. No puedo reconocerte. Sólo tengo tu sonrisa. Me aferro a ella como el naufrago al salvavidas que flota en mitad de la inmisericorde tormenta.

Veo tus labios. Noto que ardo. Te acercas. La cordura amenaza con estallar en mil pedazos.

Mi cuerpo vibra, está deseando lanzarse sobre el tuyo, explorarte. Me contengo. Todos los músculos en tensión. Un lobo aúlla iracundo dentro de mi pecho. Tus labios tocan los míos, casi jugando. Sólo un roce. Suficiente para dejarme un leve sabor a carmín. Y a ti. Mi respiración se vuelve más pesada, más intensa. Lucho por no arrancarte la ropa a mordiscos. Mis instintos más animales están enloquecidos. Saltan y se agitan dentro de su jaula. Una de tus manos acaricia mi mejilla, con la otra sigues el contorno de la cicatriz de mi frente. Intento besarte. Te apartas. Es tu juego. Marcas el ritmo. Tus labios se posan en mi cuello. Noto tu respiración, suave, ligera y cálida, sobre mi piel.

Pegas tu cuerpo al mio. Siento tu pecho expandirse y contraerse al ritmo de tu agitada respiración. Casi puedo sentir los latidos de tu corazón sobre el mio desbocado. Mis brazos se tensan aún más, te abrazo. Rodeo tu cintura y tu cadera. Has despertado al cazador. No voy a dejarte escapar. Lo sabes. Sonríes. Deslizo mis manos por debajo de tu camiseta, mis dedos ágiles avanzan por las curvas de tu espalda. Te arqueas. Tus labios quedan al alcance de los mios. Te beso. Me acoges.

Nos quitamos la ropa impacientemente. Apartas tu melena para ofrecerme el cuello. Lo reclamo como mío durante unos instantes. Me muerdes el hombro. Mi lengua se entretiene en el valle de tu pecho. Tus uñas arañan mi espalda. Beso tu ombligo. Tus piernas me rodean. Mis labios juegan con tu piel. Conquistadores ansiosos de reclamar su premio. Enloqueces. Noto tu humedad. Tu calor. El tremor de los tambores de batalla resuena en cada hebra de mi ser. Salvajes. Ansiosos. Nuestros cuerpos se unen. No hay nada más en el mundo. El rugido de nuestros susurros nos envuelve. No hay barreras. No hay más miedos.

"Cuando se va la libertad, la vida se vuelve insípida y pierde su gusto." Joseph Addison

(tiempo medio de lectura: 1 min y 15 seg)

Cuando tengo que tomar una decisión importante, y tengo tiempo para hacerlo, salgo a correr. Dejo que las endorfinas me inunden, y con el animo mas positivo veo los pros. Siempre hay mil razones para no hacer algo... yo busco las poquitas que me animen a hacerlo. Al llegar a casa me meto bajo la ducha helada o hirviendo (depende de la época del año) y cuando me conquista la relajación absoluta de la extenuación, cuando todo se ha ido por el desagüe, es cuando elijo.

No es que dude de todo, pero hay cosas que llevan un proceso que parte desde la confusión absoluta. Sería estúpido si no dudase, si aceptase sin más los que otros me imponen, nadie puede saber lo que quiere por arte de magia, no al menos en las cosas importantes...

El caso es que últimamente un par de personas del entorno más cercano me están bombardeando, cada pocos días, para que intente entrar en determinada empresa. Al más puro estilo del perro de Pavlov estoy empezando a asociar esa empresa con la imposición y la limitación de mis tomas de decisiones, además de con fuertes discusiones donde se ignoran mis argumentos y se ningunea mi capacidad de análisis. Me doy cuenta de que poco a poco los criterios objetivos pierden valor en favor de criterios mas subjetivos, siendo mis negativas cada vez más contundentes. No me gusta porque añade más confusión y empiezo a dudar hasta de mi mismo.

Y es que me aterra que dentro de 15 años, entrando en los 40, abra los ojos una mañana y me de cuenta de que estoy amargado por culpa de decisiones que me impusieron en cierta manera, que otros hayan sacrificado mi posibilidad de ser feliz por empeñarse en vivir vidas que no les corresponden, y que yo hubiera aceptado por ahorrarme el mal trago de dudar. Y si llega ese día, quiero no tener excusas para librarme de esa responsabilidad. Quiero que no haya más culpables que yo mismo.

There's so many different roads we can walk down
So many ways to think
Situations come along and knock you sideways
And get you on the brink
White Buffalo - Lose yourself

(tiempo medio de lectura: 1 min)

La canción para descargar desde la abandonada página web del grupo

Ayer tenía pensado quedarme en casa a descansar ya que estoy un poco griposo, con dolor de garganta y algo de fiebre. Pero me llamaron para jugar un partido de fútbol, y como hacía algo más de un mes que no veía las caras a este grupo de amigos, no pude decir que no. Total, de algo hay que morirse y además el fin de semana que viene sí podré descansar un poco más.

Estaba saliendo de la ducha en el vestuario cuando el móvil de uno de ellos ha empezado a sonar. Cómo él seguía dentro y era un mensaje ha sonado la canción entera. ¿Quien coño tiene en su móvil una canción de un grupo de rock anglosajón casi desconocido que sólo grabó un par de discos hace 7 u 8 años y que ni siquiera sale en youtube? Casualmente es de un disco que me regaló una chica en mi primer año cómo monitor en Irlanda, y esa canción en concreto tiene un algo que... me acerca al borde del precipicio.

Ha sido inevitable. Un vacío creciente en el pecho. Sudor frío por la espalda. Las piernas inmóviles. El post anterior me lo había tomado como una irónica broma, pero esta vez sí he notado una pequeña fisura abrirse. Algo se ha resquebrajado. Dos mensajes subliminales tan seguidos han dejado un pequeño arañazo. Y no se si alegrarme o preocuparme. La misma canción, las mismas sensaciones, el mismo escenario y cinco años de diferencia. Tardé unos minutos en recomponerme. Hoy ya apenas queda alguna marquita en la superficie, pero al final voy a ser/estar un pelín más vulnerable de lo que pensaba. En el fondo creo que hasta lo echaba de menos.

Just because something needs to be told doesn't always mean it needs to be heard. Kal Penn. Cómo conocí a vuestra madre. Temporada 7 capitulo 10.

(tiempo de lectura medio estimado: 1 min y 15 seg)

Sólo porque algo necesite ser dicho, no siempre significa que necesite ser escuchado....

Esta tarde una amiga ha intentado engancharme a la versión americana de "The office". Aunque ya con dos series apenas me queda tiempo para dormir, no le hice el feo y vimos los dos primeros capítulos mientras pedíamos y llegaba la comida.

Uno de los personajes está pillado por una compañera, pero esta tiene un novio un tanto áspero (cómo la puta vida misma). En el segundo capítulo este personaje pierde un importante logro en el trabajo por culpa de un compañero trepa, desanimado se sienta en una reunión con la cabeza recostada contra la pared y la chica en cuestión se sienta a su lado, apoyando la cabeza en su hombro para descansar. El tipo sonríe y piensa que al final el día no ha sido tan malo después de todo.

Cuando empezaron a gustarme más las chicas que los libros, allá con 12 o 13 años (nunca he sido un tipo demasiado avispado), tuve que asumir el papel de segundón. Siempre había otro más rapido, más guapo, con más habilidades sociales... estuve tan acostumbrado al fracaso que acepté esa posición sin rechistar, aprendiendo a disfrutar cada pequeño gesto que la chica de la que estuviera enamorado tuviera conmigo, aunque la mayor parte del tiempo ni percibiese mi existencia. Prefería no saber demasiado, no sufrir innecesariamente, no pensar si hubiera tenido oportunidad o si hay otro chico metiendo baza, simplemente aceptar cada pequeño momento que pudiera disfrutar. Ha sido casi un milagro que haya vivido de un par de relaciones serias.

La verdad es que no ha cambiado tanto, aunque ahora cuento de vez en cuando con la ventaja de una primera cita donde hacer un poco el ridículo... y que a veces hasta salga bien. Lo que no quita que si la chica que me interesa de verdad me sonrie, o me manda un mensaje, o me hace saber que sabe que existo, me arregle el día... por malo que este haya sido.

"Cada cual tiene sus propias penas y no es vergonzoso tomárselas a pecho. El único pecado es olvidar que los demás tambien sufren lo suyo, o permitir que la compasión por uno mismo nos haga olvidar tender la mano cuando alguien la necesita." Tad Williams

"Me encuentro solitario cuando busco una mano y sólo encuentro puños." Ralph Bunche

(tiempo de lectura medio estimado: 1 min y 10 seg)

En una de las últimas partidas de airsoft teniamos como misión escoltar unas cajas metálicas de un punto A a un punto B y defender ese punto, un pequeño claro, durante un tiempo para simular una extracción de la zona de combate (todo explicado y controlado por organizadores/árbitros). Se decidió formar varias patrullas que escoltasen al grupo principal y me tocó en uno que exploraba unos cientos de metros por delante.

Llegando cerca del punto objetivo nos sorprendieron en una emboscada. De golpe se escuchaban decenas de réplicas disparando contra nosotros. Corrí como un poseso para guarecerme hasta un murete de algo más de un metro, apoyé una mano para darme impulso mientras con la otra sujetaba mi réplica de M4 contra el cuerpo, y noté como la argamasa que acababa de agarrar para dar el salto se deshacía entre mis dedos cuando ya estaba en el aire. Intenté que mis piernas fueran por delante, pero no pude evitar caer de costado clavándome el walkie en las costillas y uno de los cargadores ya vacios en la zona lumbar.

Por un momento todo se volvió blanco, un dolor agudo me recorrió la espalda y la siguiente bocanada de aire fue como beber un chupito de absenta, cuanto más profundo avanzaba, más quemaba. En cuanto pasó el primer mal trago me palpé las costillas y descarté algo serio por la ausencia de dolor más allá del primer golpe. Pero no era capaz de juntar fuerzas para levantarme. Me sentí ridículo. Me sentí solo. Todo concentrado en un suspiro. A los pocos segundos aparecieron dos compañeros de equipo que habían tenido la misma idea pero con mejor resultado. Uno de ellos me tendió la mano para incorporarme. No les conocía más que de haberlos visto una hora antes, pero los hubiera convertido en mis amigos del alma por aparecer en el momento adecuado.

A lo largo de mi relativamente corta vida he pasado momentos poco agradables donde hubiera hecho cualquier cosa por una mano amiga. No entiendo por qué hay gente que las rechaza por sistema.

"La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado, la imaginación rodea al mundo." Albert Einstein

(Tiempo de lectura medio estimado: 2 min y 30 seg... es largo, pero tiene varias fotos :))

Hoy, por fin, toca un post útil, algo de verdad interesante. Hay que ofrecer algo digno de leer para que la gente vuelva de vez en cuando al blog. Tenía este post preparado desde hace un par de meses y hoy por fin toca publicarlo (son las únicas fotos que estaban fuera de mi maltrecho disco duro).

Aprovechando que mis padres estaban de vacaciones invité a casa a cenar a una amiga. La coyuntura sociopolitica del país (siempre he querido incluir eso en un post) no deja mucho margen a la improvisación, ella está en paro y yo tengo un sueldo de trabajo precario. Cómo se que a ella le pierden las hamburguesas, pero dice que todas las de comida rápida le saben a cebolla aunque no tenga (¿?), me metí en la cocina en plan kamikaze para intentar algo que no había hecho antes. La música, esencial; "green day", "Offsprings" y "Daughtry" me molan cuando tengo los fogones encendidos (aunque todo sea dicho, no afecta al sabor).

Después de varios fracasos, tengo LA receta.

Lo primero es la carne, para cumplir con la dieta hay que comprar carne troceada (yo usé ternera y un poco de cerdo, pero se puede usar pollo, pavo, cocodrilo... mmmmm cocodrilo) y quitar pacientemente cualquier trocito de grasa. Picarla con un poquito de perejil y una pizca de pimienta molida. Una vez picada, echar un huevo, pan rallado y, ¡atención!, el primer secreto, una cucharadita de paté por hamburguesa para darle algo de gracia, cualquiera vale, yo usé a las finas hierbas. En la foto me pasé con el paté, mejor un poco menos que si no queda demasiado fuerte.

Si no tienes un poquito de animalidad en vena, puede que te de asco trastear con la carne cruda picada... a mi me encanta (debo ser una mezcla entre lobo siberiano y cerdito vietnamita), el caso es que se amasa todo y se forman las hamburguesas del tamaño y grosor que queráis.

El siguiente paso es poner una sarten caliente con una chorrito de aceite de oliva y freir las hamburguesas. ¡Segundo truco! A fuego fuerte dejamos que primero se hagan por un lado, hasta que coja color. Luego le damos la vuelta sin que se nos descojone la carne y echamos especias al gusto (en mi caso orégano) sobre el lado que ya está hecho y, con cuidado, ponemos una loncha de queso tierno encima de las especias. Bajamos el fuego y tapamos la sarten un minuto para que el queso se deshaga sobre las especias y la carne. Los tiempos dependen del grosor de la hamburguesa y de la potencia de la cocina, pero es relativamente rápido y podemos estar pendientes. Los últimos 10 o 15 segundos lo ponemos a toda potencia para que también coja color este lado. La parte más importante, la carne, ya está hecha.

A mi invitada simplemente no le gusta la cebolla, pero años de hamburguesas hechas en serie, le ha provocado cierto rechazo a todo lo verde en este plato, sólo le gusta el tomate. Así que he hecho una especie de puré de tomate para darle un toque original. En la batidora echamos 3 tomates pelados, unas hojitas de perejil (rico rico), medio diente de ajo y sal al gusto. ¡Y el tercer truco!, un dedito de aceite de oliva que emulsionará con la mezcla cuando lo batamos todo junto y dará una pasta anaranjada, untable, de sabor agradable y textura suave.

Tostamos el pan, y untamos un poco con esta pasta. El puntazo es meterlo en la nevera y ponerlo justo antes de servir el plato, para darle un contrapunto fresco a la carne caliente. Montamos la hamburguesa... venga va, no voy a dejar sin explicarlo después de toda la parrafada, primero ponemos pan, luego la carne con el queso fundido, y otra vez pan. Fácil y sencillo.

Y para acompañar, lo que pilléis. A ella le freí unas patatas cortadas a lo largo (me chivan que se llama corte a la juliana), y para mi un poco de ensalada. Vale, puede que al fin y al cabo no sea tan original, pero dado que no he mirado ningún libro, ni había visto antes esta forma de prepararlo y tiene cierto toque personal, tiene su merito, ¿no?¿Un poquito al menos?

El postre, bueno, el postre también me lo curré, pero lo dejo para otro día. El caso es que creo que me quedé corto de canela y no hizo efecto... en fin, de todo se aprende.

If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breathe a word about your loss:
[...]
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run,
Yours is the Earth and everything that's in it,
And--which is more--you'll be a Man, my son!

(Si el total de victorias conquistadas
arriesgar puedes en audaz jugada,
y aún perdiendo, sin quejas ni tristeza,
con bríos renovados reinicias tu empresa;
[...]
Si alcanzas a llenar el minuto sereno
con sesenta segundos de un esfuerzo supremo.
Lo que existe en el mundo en tus manos tendrás
y además, hijo mío, un hombre serás)

If - Kipling Rudyard

(tiempo de lectura medio estimado: 1 min y 20 seg)

Tengo una rutina que coge los primeros 15 minutos de cada día, nada más levantarme enciendo el ordenador, abro el grifo de agua caliente y hago unas poquitas flexiones (si no estoy demasiado dormido), esto último me lleva un minuto, justo para que el agua salga a una temperatura que no me haga chillar de frio. Cuando vuelvo a la habitación, ya duchado, las tareas que tengo programadas en el ordenador han abierto los 3 periodicos digitales que consulto para estar informado, mis dos cuentas de correo, el spotify y una serie de archivos sobre los que trabajo a diario.

Reviso que no haya nada urgente antes de ir a hacerme el desayuno, recoger el baño y hacer la cama. Hoy no he desayunado. He debido levantarme con el pie equivocado. Al volver de la ducha el ordenador estaba bloqueado en la pantalla de inicio. Error de disco duro. Me ha llevado una hora el encontrar el problema, con el ordenador abierto cómo si estuvieramos en una mesa de operaciones, y otro par de ellas el instalar el sistema operativo en otro disco duro para tener una ventana al mundo para ver que hacer.

Despues de buscar y rebuscar, parece que tengo 3 opciones... olvidarme de la ingente cantidad de fotos, documentos y valiosos datos de ese disco duro; pagar 300 euros para que alguien los recupere por mi; o ponerme en plan Macgyver e intentar solucionarlo con una serie de manipulaciones electrónicas que incluyen soldar cables y otras operaciones que pueden acabar en dolor físico o en la pérdida irremisible de los datos.

No es algo de vida o muerte... pero tengo muchas cosas importantes ahí metidas. Me siento jodidamente vulnerable por culpa de un cacharro de metal y plástico. Algo no va bien.

"Hay que darle un sentido a la vida, por el hecho mismo de que carece de sentido." Henry Miller

(tiempo de lectura medio estimado: 1 min y 30 seg)

Hace ya un tiempo, en un viaje en tren entre Dublin y Galway, me senté en uno de esos asientos que comparten mesa con otras tres personas. Cómo subí al principio de la linea, me puse cerca de la ventana, para buscar esos momentos de evasión en los que la mirada se pierde en el escenario verde infinito irlandés. Iba estudiando unos apuntes sobre centrales nucleares para un examen que tenía ese Septiembre, así que había dejado sobre la mesa un taquito de folios, y en portada una hoja llena de diagramas con fórmulas y anotaciones a la que no hacía mucho caso porque viejos, y nuevos, fantasmas me mordisqueaban los tobillos para distraerme.

En un momento de ensoñación, escuchando la canción Running up that hill de Placebo, el tipo que iba delante llamó mi atención. Más de cincuenta años, ropa muy usada pero limpia y planchada, expresión triste. Miraba fijamente mis apuntes en español, e iba formando con los labios las palabras que yo tenía escritas. Me quité los auriculares y le pregunté en inglés si hablaba español. Sonrió un poco triste y me dijo en un inglés con un fuerte acento escocés que su mujer era española, pero que había fallecido hacía años, con sus dos hijos en un accidente de tráfico. Cuando respondí con la formula de cortesía de rigor, siguió hablando.

No iba a interrumpirle, así que recogí un poco los apuntes, y le di un poco de conversación. Había trabajado en investigación en una compañía eléctrica, reconocía los ciclos de energía que tenía representados en los diagramas y hasta comentó un par de datos bastante precisos que no tenía visibles en la hoja de apuntes. Cuando anunciaron la que era su estación de destino me dijo que eso de los apuntes era importante, conseguir un buen trabajo, un sueldo decente, pero que no olvidase que hay otras cosas que merecen la pena. Todo se acaba. No somos inmortales. No malgastes el tiempo.

Alimentó los fantasmas del viaje de vuelta.