Estaba sentado en la terraza, mirando al cielo inmenso, oscuro, mientras nos servían la cena. Mis amigos hablaban de coches así que me he permitido disfrutar unos segundos de la brisa, del silencio más allá de las conversaciones, de la oscuridad acogedora que parece mecerte en una ligera ensoñación.
Una luna inmensa me ha devuelto la mirada, casi llena, un circulo practicamente perfecto de luz en mitad de una noche vacia. Sin estrellas, ni una sola. Me he acordado inmediatamente de una canción de Warcry, dispuesto a combatir:
"Y aunque en el cielo hoy no hay estrellas
yo se muy bien que ahí están".
Supongo que todo es un poco lo mismo. Que lo importante no deja de estar, aunque no lo veamos. Que la luz de la ciudad tapa cualquier otro destello en el insondable universo, que un puñado de bombillas pueden tapar una ardiente estrella más grande que nuestro propio planeta.
Perdemos de vista lo que nos importa. Nos lo tapan y no sabemos apartar esa tela sutil de deseos ajenos. Maldecimos la oscuridad en vez de hacer surgir la luz. Lloramos inconsolados rasgando nuestras vestiduras en una orgia de lagrimas, penas e incomprensión buscada y merecida. Caminamos por un laberinto bajo un inmenso cielo abierto, sin dejar marcas, o dejando marcas caoticas, fruto de nuestra superficialidad, no somos capaces de subir a la pared y verlo todo desde arriba por miedo a caer, pero sin miedo a no encontrar nunca la salida.
Y pensar que a veces, a pesar de todo, de saber lo que hay, de conocer las reglas del juego, el valor de los naipes, de tener una buena mano, de sonreir y flirtear jugueton con una suerte agradecida, simplemente no vemos. Cuando las palabras no son más que un puñado de traicioneras letras. Cuando las costumbres y exigencias de la sociedad no son más que acciones vacias pasadas de generación en generación, con distintos nombres pero de igual espiritu, durante siglos de ignorancia donde ser diferente, aunque sea eso lo que necesitas para ser feliz, está mal visto. Cuando las bombillas no son más que resistencias incandescentes y la luz no signifique la ausencia de oscuridad.
Algun dia habrá que apagar todas las bombillas. O hacer arder el universo entero. O pintar las estrellas en el techo de la habitación... ¿que más da? con tal de saber que simplemente están ahí.